Soja sin rentabilidad: el dato oculto que anticipa un riesgo productivo creciente
Mientras el campo se prepara para la campaña 2025/26, un informe privado revela un dato alarmante: producir soja ya da pérdida en varias zonas del país. El impacto de los costos, la política fiscal y el tipo de cambio ahogan la rentabilidad del principal cultivo exportador.
Con la cosecha 2024/25 ya finalizada y la próxima siembra a punto de comenzar en distintas zonas del país, la soja vuelve al centro del debate económico y productivo argentino. Pero esta vez, no por una campaña récord, sino por una advertencia que no puede ser ignorada: producir soja, en muchas regiones, ya no es rentable.
Un informe reciente del Centro Cultural y de Estudios DEMOS - Ideas en la Mira, elaborado por el economista Ignacio Trucco, aporta datos que encienden todas las alarmas. Según el trabajo, la rentabilidad neta de la soja cayó a niveles preocupantes y, en algunos casos, directamente negativos.
Una caída silenciosa pero persistente
El análisis parte desde fines de 2018 y concluye en junio de 2025, un período donde los márgenes netos se desplomaron, acercándose prácticamente a cero. ¿La causa? Una combinación peligrosa: baja del precio internacional en términos reales (-9,3%) y aumento de costos locales y de comercialización (5% y 9,4%, respectivamente).
Uno de los datos más relevantes es el aumento de los costos locales, como la cosecha (+15%) y la labranza (+24%), que hoy pesan más que los insumos importados, como fertilizantes o semillas, cuyos valores han bajado levemente.
Regiones en rojo
Si bien el problema afecta a todo el país, la situación es desigual por región. El norte de Buenos Aires y el sur de Santa Fe aún muestran rentabilidad gracias a su alta productividad, pero zonas como Salta, el sur de Córdoba, el sudoeste bonaerense y Santiago del Estero ya trabajan con márgenes negativos. Otras regiones, como el oeste y sureste de Buenos Aires, podrían seguir el mismo camino si la tendencia no se revierte.
El peso del tipo de cambio y las retenciones
El informe también señala que la apreciación del peso desde mediados de 2024 redujo la competitividad de los productores, al encarecer insumos clave como el combustible y la mano de obra. A esto se suma la carga impositiva, donde las retenciones representan el 60,6% del total tributario sobre la soja, afectando directamente la rentabilidad.
¿Y si se eliminan las retenciones?
El estudio incluye un ejercicio revelador: si se eliminaran las retenciones, los márgenes mejorarían significativamente, recuperando competitividad incluso en zonas hoy deficitarias. Además, propone utilizar parte de esos recursos fiscales para mejorar la infraestructura de transporte, reduciendo los fletes, otro de los grandes costos ocultos de la producción.
La soja, principal cultivo exportador argentino, enfrenta un escenario crítico. La falta de rentabilidad pone en jaque la sustentabilidad del sistema y obliga a repensar urgentemente el esquema de incentivos y políticas públicas.