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Tregua comercial China-EE.UU.: ¿Una prórroga que redibuja el mapa del comercio agroalimentario Global?

Las negociaciones entre Washington y Beijing avanzan, pero quedan detalles clave por resolver. ¿Qué impacto tendría una nueva extensión sobre las exportaciones agrícolas latinoamericanas?

Estados Unidos y China continúan negociando una posible extensión de la tregua arancelaria, en una serie de conversaciones que podrían redefinir el equilibrio del comercio agroalimentario global, con implicancias directas para América Latina. Así lo confirmó Scott Bessent, secretario del Tesoro estadounidense, quien aseguró que los temas pendientes son "pequeños" y se relacionan principalmente con la delegación china.

Tras dos días de intensas reuniones en Estocolmo con funcionarios de Beijing liderados por el viceprimer ministro He Lifeng, Bessent indicó que la decisión final estará en manos del presidente Donald Trump, una vez que sea informado este miércoles sobre los avances de las negociaciones.

"Añadir 90 días extra es una opción", expresó Bessent, abriendo la puerta a una posible extensión que podría dar oxígeno a las tensiones comerciales más relevantes de la última década.

Por su parte, el negociador comercial chino Li Chenggang calificó los encuentros como "sinceros y profundos", anticipando que la comunicación estrecha continuará entre ambas potencias.

La tercera ronda de negociaciones en menos de tres meses se adelantó al plazo límite del 12 de agosto, cuando finaliza el período actual de suspensión de aranceles altísimos que amenazaban con frenar drásticamente el flujo comercial bilateral. Esta ventana de diálogo busca evitar una nueva escalada que afectaría no solo a los involucrados directos, sino a las cadenas de valor agroalimentarias a nivel global.

¿Qué implica para América Latina?

Una eventual extensión del acuerdo aliviaría temporalmente la volatilidad en los mercados de commodities agrícolas, especialmente soja, maíz y carne, donde América Latina -y particularmente Brasil y Argentina- ha ganado terreno como proveedor alternativo para China.

Sin embargo, una tregua prolongada también podría moderar esa ventaja comparativa. Si China vuelve a importar productos agrícolas estadounidenses a gran escala, la balanza comercial de los países latinoamericanos podría verse afectada, al tiempo que se intensifica la competencia por acceso a mercados clave.

En un contexto de creciente proteccionismo, acuerdos como el T-MEC, el MERCOSUR-UE o las alianzas estratégicas con Asia cobran aún más relevancia para diversificar destinos y sostener la resiliencia exportadora del agro regional.

Agrolatam.com
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