Uruguay gana espacio en el negocio global de la carne
Mientras Argentina redujo exportaciones en 2025, Uruguay amplía su presencia con la demanda sostenida de Estados Unidos y China.
La primera mitad de 2025 dejó un contraste claro en el Mercosur. Mientras Brasil, Paraguay y Uruguay aumentaron sus envíos de carne vacuna, Argentina fue el único socio que redujo sus exportaciones, según datos de la Bolsa de Comercio de Rosario en base al Indec. Esta dinámica abrió oportunidades para Uruguay, que depende del mercado externo como destino de la mayor parte de su producción.
El presidente del Instituto Nacional de Carnes (INAC), Gastón Scayola, explicó que la merma argentina responde a cuestiones internas ligadas al tipo de cambio. Con la valorización de su moneda, Argentina logra precios más competitivos en el mercado local que en el internacional, lo que le permite orientar su producción de acuerdo con la conveniencia coyuntural. "Argentina consume en su mercado interno una porción muy grande de lo que produce, entonces puede vender un poco más o un poco menos afuera según le resulte", señaló.
En cambio, Uruguay no tiene esa flexibilidad. Su estructura productiva obliga a colocar en el exterior cerca del 80% de la producción, sin margen de maniobra para redirigir grandes volúmenes al consumo interno. "Tenemos que exportar al precio que sea porque nuestro mercado es bastante pequeño", remarcó Scayola.
Estados Unidos y China, los destinos estratégicos
La coyuntura internacional favorece a los exportadores del Cono Sur. Estados Unidos atraviesa un período de escasez de ganado debido a la reducción de su rodeo y condiciones climáticas adversas, situación que se prolongará al menos por dos años más. Esto obliga al país norteamericano a importar mayores volúmenes, lo que sostiene precios atractivos para Uruguay. Incluso con el incremento arancelario aplicado por el gobierno de Trump, la demanda se mantiene firme: "El público norteamericano banca ese incremento de impuestos", afirmó Scayola.
China representa el otro motor central. Su clase media continúa expandiéndose y con ella crece el consumo de proteínas animales, en particular de carne vacuna. La percepción del producto uruguayo como natural, sano y de calidad diferenciada se convierte en un activo estratégico. Scayola recordó testimonios de consumidores chinos que valoran la carne uruguaya para sus hijos como una opción saludable, libre de hormonas y criada a pasto.
La carne grass-fed sigue siendo una ventaja competitiva para Uruguay, aunque el país ha diversificado su oferta para atender nichos premium. Un ejemplo es la cuota 481 hacia Europa, que exige una terminación a grano de 100 días para mejorar sabor y marmoleo. Esta combinación de sistemas permite competir en segmentos dispuestos a pagar más, sin perder la identidad de una ganadería extensiva y sustentable.
Un sector que define la identidad productiva
Para lo que resta de 2025, INAC proyecta precios estables, volúmenes levemente superiores y una mayor participación en Estados Unidos, en un contexto donde Brasil busca normalizar su vínculo con ese mercado. La estrategia uruguaya también contempla la apertura de otros destinos en Asia, como Vietnam, Malasia, Singapur y Filipinas, que muestran un crecimiento económico acelerado y abren nuevas posibilidades de consumo.
El sello de origen es un factor que gana peso en estos mercados. Uruguay enfatiza su sistema de producción a cielo abierto y la ausencia de hormonas desde 1962 como atributos diferenciales. Para Scayola, estos elementos son decisivos en un mundo donde los consumidores jóvenes asocian las proteínas animales con salud y rendimiento físico.
Si bien la celulosa se ha convertido en un actor económico relevante, el titular de INAC subrayó que la carne sigue ocupando el rol central: "El sector que más gente emplea, más volumen genera y está asociado a nuestra cultura y genética, es la carne".
En ese marco, no anticipa transformaciones radicales, sino una continuidad en la línea de seriedad y profesionalismo que caracteriza a la cadena cárnica uruguaya. "No veo factores de preocupación, veo factores de redoblar la apuesta", concluyó, convencido de que el país seguirá consolidando su lugar en un mercado global que, pese a la volatilidad, demanda más proteínas y reconoce la calidad de la oferta uruguaya.