Ganadería

Vacunación contra la aftosa: un debate trabado entre la urgencia productiva y la demora política

Mientras técnicos y productores coinciden en actualizar el esquema sanitario vigente desde hace dos décadas, la política vuelve a frenar los tiempos de una decisión clave para el futuro de la ganadería argentina.

El campo argentino atraviesa una encrucijada que no es nueva: la política sanitaria avanza a un ritmo mucho más lento que las necesidades de la producción. Esta vez, el punto de conflicto es la actualización del plan nacional de vacunación contra la fiebre aftosa, un esquema que lleva más de 20 años sin modificaciones pese a los cambios epidemiológicos globales y al sólido estatus sanitario que ostenta la Argentina.

En el 14° Congreso de Sanidad Animal realizado en Río Cuarto, las expectativas eran altas. Productores, técnicos y dirigentes de todo el país esperaban que el Senasa anunciara la puesta en marcha de la nueva estrategia de vacunación. Sin embargo, la política volvió a poner un freno: no hubo anuncios, aunque el proyecto ya cuenta con avales técnicos y científicos, incluso de especialistas del propio organismo sanitario.

Consenso técnico, bloqueo político

Lejos de ser una aventura riesgosa, la iniciativa surge de un amplio consenso entre productores y científicos. Los primeros saben que su capital está en juego: recuerdan los costos devastadores que tuvo el último brote de aftosa en el país y, por eso, son los más interesados en blindar la sanidad.

El nuevo plan no significa abandonar la vacunación, sino modernizarla y adaptarla a las condiciones actuales. La propuesta busca sostener el estatus sanitario "libre con vacunación" que habilita el acceso a más de un centenar de mercados internacionales, pero al mismo tiempo adecuar el esquema a lo que ya implementaron otros países de la región.

A pesar de todo, la política sigue sin dar el paso. Hace más de un año que el proyecto está listo, pero permanece trabado por la falta de una decisión en las más altas esferas gubernamentales.

Los tiempos del campo no son los de la política

El retraso no es un detalle menor. Cada temporada perdida es un riesgo innecesario para la producción ganadera y para la reputación sanitaria del país en los mercados mundiales. Como advirtieron productores en Río Cuarto, "los laberintos burocráticos terminan atentando contra el desarrollo del propio sector que más divisas aporta a la Argentina".

El Senasa, además, cuenta con los recursos necesarios para implementar el cambio. Su financiamiento proviene de aportes directos de productores y entes sanitarios de todo el país. La cuestión, subrayan dirigentes, no es económica ni técnica: es política.

Una decisión impostergable

Argentina tiene la oportunidad de consolidarse como un actor central en el comercio mundial de carne vacuna. Pero para sostener esa aspiración se necesita una política sanitaria sólida, moderna y libre de especulaciones.

Un Servicio Sanitario fuerte, con autonomía técnica y respaldo político, es la única garantía para enfrentar los riesgos epidemiológicos globales que no se detienen en las fronteras. Evitar que la sanidad animal se convierta en moneda de cambio de los gobiernos de turno es hoy el gran desafío.

El mensaje que sobrevuela entre los productores es claro: sin una decisión política firme, la modernización de la estrategia de vacunación contra la aftosa seguirá siendo una promesa incumplida. Y en el campo, como en la sanidad, cada demora tiene un costo que el país no puede permitirse.

Agrolatam.com
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