Maquinaria

Vassalli vuelve a encender motores: la fábrica de cosechadoras reabre tras un acuerdo con los trabajadores

Tras casi un mes paralizada, la planta de Firmat retomará la producción este lunes, luego del acuerdo alcanzado entre la empresa y los empleados por la deuda salarial.

La emblemática fábrica de cosechadoras Vassalli, símbolo de la maquinaria agrícola argentina, volverá a producir a partir del próximo lunes. La decisión se concretó tras un acuerdo salarial entre la compañía y los trabajadores, que reclamaban haberes adeudados desde principios de septiembre.

El convenio, homologado en el Ministerio de Trabajo de Santa Fe, establece que la empresa abonará una primera cuota de $500.000 y cancelará el resto en seis pagos mensuales consecutivos. "El semblante de la gente cambió. Esto es fruto de la lucha de los trabajadores", señaló Diego Romero, secretario general de la UOM Firmat.

En esta etapa inicial, la fábrica operará con media jornada laboral por seis meses, con la posibilidad de ampliar la carga horaria si la situación financiera mejora. La provincia designará un veedor estatal encargado de supervisar las operaciones: la venta de cada cosechadora será clave para adelantar cuotas y acortar los plazos de pago.

El ministro de Trabajo, Roald Báscolo, confirmó que el acuerdo se alcanzó tras "cinco horas de intensas negociaciones" y destacó la voluntad de las partes para encontrar una salida. Según lo firmado, los trabajadores recibirán la primera cuota antes del viernes y volverán a ocupar sus puestos el lunes.

El sindicato también negocia aspectos operativos como los horarios de ingreso y la situación de los empleados próximos a jubilarse. "Queremos que todos entren temprano para que, quienes lo necesiten, puedan tener otra actividad a la tarde. Además, debemos garantizar que el área de repuestos funcione ocho horas, porque es fundamental para que la empresa sea competitiva", explicó Romero.

El conflicto de Vassalli dejó en evidencia las dificultades estructurales que enfrenta la industria nacional de maquinaria agrícola: alta presión impositiva, costos dolarizados, dificultades de financiamiento y caída de la rentabilidad. A esto se suma la competencia con empresas extranjeras que operan con mayor escala y mejores condiciones macroeconómicas.

Pese a esas limitaciones, la reactivación de la planta de Firmat es recibida con optimismo en el sector. Para los trabajadores, significa la recuperación de más de un centenar de empleos directos; para el agro argentino, representa la posibilidad de mantener en pie un polo productivo clave en el sur de Santa Fe, región que abastece al corazón sojero del país.

La expectativa ahora está puesta en que la reapertura no sea solo un alivio momentáneo, sino el inicio de una etapa sostenida para una de las compañías más tradicionales de la metalmecánica argentina.

Agrolatam.com
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