Vassalli, una fábrica en crisis permanente: los obreros exigen respuestas y la mediación vuelve a naufragar
La histórica planta de Firmat no logra salir del conflicto. Los trabajadores reclaman salarios adeudados mientras la empresa insiste en que necesita vender máquinas para pagar. El jueves habrá una nueva instancia de negociación.
La imagen de los obreros a la vera de la Ruta 33 ya se volvió parte del paisaje cotidiano en Firmat. La fábrica de cosechadoras Vassalli, orgullo de la industria nacional, atraviesa otra crisis y los intentos de mediación entre la empresa, la Unión Obrera Metalúrgica (UOM) y el Ministerio de Trabajo de Santa Fe volvieron a fracasar.
El conflicto lleva semanas y tiene un punto central: los 280 trabajadores no cobran dos meses de sueldo ni el medio aguinaldo. Ante esta situación, la compañía ofreció un adelanto de $400.000 por empleado, luego bajado a $300.000, pero la propuesta fue rechazada por insuficiente. Los obreros, representados por la UOM, plantearon que recién con un pago de al menos un millón de pesos podrían retomar la actividad.
La empresa, por su parte, aduce falta de liquidez y asegura que necesita terminar y entregar cosechadoras para generar ingresos frescos. Incluso se habló de pagos a través de billeteras virtuales, pero hasta ahora no hubo transferencias concretas.
Más allá de la coyuntura, la crisis de Vassalli tiene historia. En 2018 quebró y los propios empleados tomaron la fábrica para resguardar los bienes. Luego pasó por manos de concesionarios y de la familia Vassalli hasta quedar bajo control del grupo Eskenazi. En 2024 se prometió duplicar la producción, pero en el presente los trabajadores denuncian que la línea de montaje está semiparalizada y los insumos escasean.
Hoy la firma es la única fabricante nacional de cosechadoras, con apenas el 5% del mercado frente a multinacionales que dominan la escena. Su destino, sin embargo, sigue atado a una negociación que este jueves tendrá un nuevo capítulo. Mientras tanto, la comunidad de Firmat asiste, otra vez, al déjà vu de una fábrica que no logra salir de la crisis crónica.