América Latina

La fresa que brota mientras madura: un fenómeno natural que intriga a América Latina

Una frutilla que desarrolla pequeñas plantas en su piel mientras sigue fresca sorprende a científicos y curiosos en distintas partes del mundo. Aunque no se cultiva de forma comercial, en América Latina empieza a despertar el interés de viveristas, coleccionistas y escuelas por su valor educativo y decorativo.

Una fruta que se multiplica antes de desprenderse de la planta. Así podría definirse a la fresa vivípara, también conocida como "viviparous strawberry", una rareza botánica que llama la atención por su capacidad de germinar en su propia superficie, generando pequeñas plántulas mientras aún está madura, viva o incluso ya cosechada.

Este fenómeno -denominado viviparismo- es extremadamente raro en frutas, pero en el caso de algunas frutillas, ocurre cuando las semillas (llamadas aquenios) rompen su latencia y comienzan a germinar directamente sobre la piel. El resultado: una frutilla cubierta de minúsculos brotes verdes que parecen pequeñas hojas o pelitos saliendo de la fruta.

¿Una nueva especie? No exactamente

Lejos de tratarse de una variedad nueva o de laboratorio, la fresa vivípara es una mutación natural del Fragaria × ananassa, la frutilla común cultivada en todo el mundo. Esta mutación puede surgir de forma espontánea, principalmente cuando se combinan ciertos factores ambientales como alta humedad, exposición intensa al sol y cambios bruscos de temperatura.

No es una fruta transgénica, ni representa ningún tipo de enfermedad o amenaza fitosanitaria. Más bien, es una expresión natural extraordinaria, poco frecuente, que no altera significativamente el sabor de la fruta, aunque sí su estética y textura.

¿Dónde puede encontrarse en América Latina?

Aunque su aparición ha sido más documentada en países como Estados Unidos, Japón, Alemania o Polonia, en América Latina también se han observado casos aislados de viviparismo en frutillas, especialmente en zonas productoras que reúnen las condiciones ideales:

Michoacán y Guanajuato (México), donde el cultivo de frutilla se combina con climas húmedos.

Tafí del Valle (Argentina), una región de altura con temperaturas variables.

Cajamarca (Perú), con microclimas montañosos favorables.

Cundinamarca (Colombia), con suelos fértiles y alta humedad relativa.

En todos los casos, no se trata de una variedad cultivada de forma masiva, sino de apariciones espontáneas en plantaciones convencionales. Algunos viveristas, sin embargo, han comenzado a reproducirlas mediante esquejes o plántulas con fines decorativos o educativos.

Una curiosidad que no pierde sabor

En cuanto al gusto, la fresa vivípara mantiene su sabor característico mientras el proceso de germinación esté en sus primeras etapas. Si los brotes crecen demasiado, parte de los azúcares de la fruta se destinan a las nuevas plantas, por lo que puede perder algo de dulzor y jugosidad, volviéndose más fibrosa.

A pesar de ello, no es tóxica ni representa riesgo alguno para el consumo. De hecho, muchas personas se animan a probarla por su aspecto inusual y valor exótico.

Valor educativo y potencial futuro

Aunque hoy no tiene valor comercial en supermercados ni exportaciones, esta frutilla ha comenzado a ganar terreno en jardines botánicos, escuelas agrarias y viveros experimentales. Su comportamiento vivíparo representa un recurso ideal para explicar fenómenos como:

Germinación precoz

Adaptaciones evolutivas

Reproducción vegetal sin suelo

Algunos especialistas creen que, con el tiempo, este tipo de fenómeno podría ser aprovechado para generar nuevos métodos de propagación de plantas sin semilleros ni germinadores artificiales, especialmente en agricultura urbana o cultivos sostenibles.

El viviparismo en otras especies

Este fenómeno no es exclusivo de la frutilla. Otras plantas también lo presentan:

Cebolla, donde los bulbos pueden brotar antes de la cosecha.

Maíz, que en condiciones de humedad prolongada puede desarrollar brotes dentro de la mazorca.

Mangle rojo, en ecosistemas tropicales, cuyas semillas germinan antes de caer al agua.

Naturaleza en su máxima expresión

La fresa vivípara nos recuerda que la naturaleza siempre tiene sorpresas por revelar, incluso en cultivos tan familiares como la frutilla. Su aparición en América Latina -aunque esporádica- ya ha generado interés en distintos espacios, desde aulas hasta patios domésticos, transformándose en una rareza frutal con encanto propio.

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