Clima favorable impulsa la zafra en Paraguay, aunque persisten riesgos climáticos
El MAG prevé entre 3,6 y 3,7 millones de hectáreas sembradas en la campaña 2025. La buena humedad del suelo beneficia a la agricultura familiar y al sector ganadero, pero no descartan eventos extremos.
El inicio de la zafra 2025 en Paraguay se desarrolla bajo un panorama alentador: las condiciones de humedad y temperatura favorecen tanto la siembra de soja como la recuperación de pasturas y aguadas, fundamentales para el sector ganadero. Sin embargo, las autoridades advierten que los riesgos no han desaparecido. El Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG) subraya que, aunque los pronósticos trimestrales son positivos, no se puede descartar la ocurrencia de tormentas, vientos fuertes o lluvias intensas en las próximas semanas.
De acuerdo con Edgar Mayeregger, director de Gestión de Riesgos del MAG, las previsiones actuales muestran precipitaciones cercanas a lo normal y un aumento gradual de temperaturas hacia la primavera-verano, mientras que se espera una reducción de lluvias hacia finales de septiembre. "Estamos trabajando con una base de buena disponibilidad de humedad y condiciones climáticas adecuadas para las siembras y para la cosecha de trigo que aún está en campo", explicó.
En cifras, el MAG proyecta una superficie sembrada de entre 3,6 y 3,7 millones de hectáreas, lo que confirma la relevancia de esta campaña para la economía paraguaya. El sector agrícola busca capitalizar este escenario, especialmente en un contexto internacional donde los precios de la soja se mantienen bajos, obligando a los productores a mejorar la eficiencia y el rendimiento por hectárea para sostener la rentabilidad.
La agricultura familiar, que inició sus labores en julio, también se ve beneficiada por este marco climático. Los cultivos avanzan con normalidad y con perspectivas de buen desarrollo, lo que contribuye a la seguridad alimentaria y al ingreso de miles de familias rurales. Al mismo tiempo, la disponibilidad de humedad en el suelo está permitiendo la rápida recuperación de pasturas y aguadas, generando alivio para el sector ganadero que había sufrido en campañas anteriores por heladas y sequías más severas.
No obstante, los técnicos recalcan la necesidad de monitorear permanentemente las condiciones meteorológicas. "No se puede descartar algún tipo de evento extremo", advirtió Mayeregger, señalando que las tormentas puntuales podrían generar daños localizados si se presentan con intensidad.
El impacto de fenómenos recientes ha sido moderado. Aunque se registraron heladas en meses anteriores, su efecto sobre la producción fue mucho menor comparado con años anteriores, cuando las pérdidas fueron significativas para agricultores y ganaderos. Este antecedente refuerza la idea de que, si bien la campaña arranca en terreno firme, el clima sigue siendo un factor de riesgo constante.
Los especialistas insisten en la importancia de aplicar buenas prácticas agrícolas y mantener un control estricto de malezas y plagas antes de iniciar la siembra. La estrategia, explican, no solo apunta a asegurar la productividad inmediata, sino también a garantizar la sostenibilidad de los sistemas productivos frente a la variabilidad climática que caracteriza a la región sur de Sudamérica.
Con un escenario de condiciones iniciales favorables, el desafío para Paraguay será mantener la disciplina productiva y estar preparado ante imprevistos. La zafra 2025 se perfila con optimismo, pero dependerá en gran medida de la capacidad del sector para anticiparse y adaptarse a los riesgos climáticos que, tarde o temprano, forman parte de la realidad agrícola del país.