Clima agro: Argentina arranca la primavera con calor y tormentas, mientras EE.UU. transita un otoño cálido
El inicio de la primavera en Argentina llega con calor intenso, lluvias dispares y riesgo de heladas, mientras que en Estados Unidos el otoño comienza con temperaturas elevadas y precipitaciones abundantes en zonas agrícolas clave.
,La primavera astronómica se instalará en Argentina el 22 de septiembre, marcada por un escenario de vientos cálidos que dispararán las temperaturas muy por encima de lo normal en gran parte del país. El extremo norte del NOA y la Región del Chaco experimentarán focos de calor extremo, con máximas que superarán los 40°C, lo que representa un desafío para los cultivos en desarrollo. El centro del país mostrará registros entre 25°C y 30°C, con variabilidad según la región, mientras que el sur bonaerense y el litoral atlántico se mantendrán más frescos, con marcas que rondarán los 20°C o menos, debido a la influencia de vientos marinos.
El escenario de precipitaciones será heterogéneo. El paso de un frente de tormenta a mediados de la semana generará lluvias de 10 a 75 mm en el centro y este agrícola, con particular intensidad en el norte de Entre Ríos y Uruguay, donde se prevén tormentas severas que podrían superar los 100 mm, acompañadas de granizo y vientos fuertes. Esta situación contrasta con la persistente sequía en el oeste de Cuyo, gran parte del NOA y el norte del Chaco, donde los registros serán escasos o nulos, acentuando el déficit hídrico que ya condiciona las reservas de humedad en suelos clave para la campaña fina.
El frente también traerá aparejado un descenso térmico significativo. La entrada de aire polar provocará un marcado enfriamiento, con riesgo de heladas generales en zonas serranas y cordilleranas, y heladas localizadas en la Región Pampeana, el sur de la Mesopotamia y Uruguay. Para los productores argentinos, esta situación se convierte en una señal de alerta, ya que puede afectar el desarrollo de cultivos de invierno como el trigo, además de comprometer las primeras implantaciones de maíz temprano en el centro-este del país.
En paralelo, en Estados Unidos, el 22 de septiembre marcará el inicio del otoño boreal, que arrancará con condiciones mayormente cálidas. Los vientos tropicales impulsarán temperaturas por encima de lo normal en gran parte del área agrícola, aunque sin alcanzar extremos generalizados. El cinturón maicero y la mayor parte del área triguera registrarán valores máximos inferiores a 30°C, aunque en el sur del área triguera y en el delta agrícola se prevén picos superiores a 35°C.
El régimen de lluvias será un factor determinante para los mercados globales. Gran parte del cinturón maicero y del área triguera estadounidense recibirá precipitaciones moderadas a abundantes, entre 10 y 50 mm, que resultan favorables para consolidar la producción de maíz y soja de la campaña en curso. Sin embargo, el noroeste agrícola y el sur del área triguera quedarán relegados con aportes escasos, situación que podría limitar rindes en zonas puntuales. Hacia el cierre del período, se espera una entrada de aire frío que moderará las temperaturas en la mayor parte de la región, con mínimas que descenderán por debajo de los 15°C, aunque sin riesgo de heladas, lo que da cierta previsibilidad a la evolución de la campaña.
%u26C8%uFE0F En el norte de Patagonia se registran algunas tormentas y se intensificarán por la tarde. La zona afectada se extenderá al oeste y norte del país, con chaparrones, lluvias y tormentas aisladas.
— SMN Argentina (@SMN_Argentina) September 17, 2025
%uD83C%uDF21%uFE0F Tmáx entre 20 y 29 °C en el centro y hasta 36 °C en sectores del NEA pic.twitter.com/eowxGySe10
La comparación entre ambas potencias agroalimentarias deja en evidencia un contraste que no pasa desapercibido para los analistas del mercado. Mientras la Argentina enfrenta un escenario de alta variabilidad climática, con excesos hídricos en algunas regiones, déficit marcado en otras y la amenaza latente de heladas tempranas, Estados Unidos transita un inicio de temporada más equilibrado, con lluvias estratégicas que consolidan su producción. Esto, en términos de competitividad internacional, significa que los precios de referencia global podrían verse más influenciados por la oferta norteamericana que por la sudamericana en el corto plazo.
Para nuestro país, el desafío no solo pasa por lo climático. A la irregularidad de las lluvias y la amenaza de heladas se suma el impacto de las retenciones, la brecha cambiaria y los costos logísticos, que reducen la competitividad frente a un Brasil que consolida su producción de granos con mayor previsibilidad, apoyado en infraestructura y en un marco de políticas más estables. En ese tablero, las decisiones que se tomen en materia de logística, agregado de valor y diversificación de mercados resultarán cruciales para sostener la participación argentina en el comercio internacional.