Después de cuatro semanas con un esquema casi calcado -días estables entre lunes y viernes y lluvias concentradas en los fines de semana-, el clima argentino rompe la rutina. Esta vez, el frente frío llegará antes de lo previsto, entre jueves y viernes, alterando la dinámica de las últimas semanas. Sin embargo, el cambio no traerá precipitaciones abundantes: la falta de humedad limitará la formación de tormentas y las lluvias serán más débiles y aisladas.

Durante el comienzo de la semana, el viento del norte impulsará un leve ascenso de las temperaturas y mantendrá el cielo mayormente despejado. Este período de estabilidad se extenderá hasta el miércoles, cuando el nuevo sistema frontal comience a avanzar sobre el centro del país. A diferencia de los episodios anteriores, la atmósfera no contará con suficiente humedad, por lo que los registros de lluvia serán muy localizados y de corta duración.

En la Región Pampeana y el Litoral, el cambio se sentirá más por el descenso de las temperaturas que por el agua. Los chaparrones serán aislados, con probabilidades mayores en zonas puntuales, pero sin el desarrollo de tormentas generalizadas como en semanas pasadas. Esto marca una pausa temporal en la frecuencia de lluvias que había caracterizado los últimos fines de semana.

El panorama será diferente hacia el norte del país. En el NEA y el NOA se espera una mayor presencia de humedad, lo que permitirá la aparición de lluvias y tormentas más activas entre jueves y viernes. Los fenómenos más destacados se concentrarán sobre Chaco, Formosa, Corrientes y Misiones, mientras que en el noroeste las precipitaciones serán más aisladas, pero servirán como inicio del período estival de lluvias típico de la región.

Lo más llamativo de esta semana es que, por primera vez en más de un mes, las lluvias no se concentrarán en el fin de semana, sino que se adelantarán. Aunque los acumulados previstos son bajos, el cambio representa una ruptura clara del patrón atmosférico que venía repitiéndose con notable regularidad. Hacia el sábado, el desplazamiento del frente hacia el este dejará condiciones más estables, con cielos despejados y temperaturas agradables.

En resumen, el tiempo en Argentina cambia de ritmo. Las lluvias se anticipan, pierden fuerza y dejan paso a un fin de semana más tranquilo. Es un respiro temporal antes de que el calor y la humedad de la segunda mitad de octubre vuelvan a impulsar la actividad de tormentas primaverales que marcan esta etapa del año.