El agua no da respiro: 4,3 millones de hectáreas en riesgo y el clima sigue sin alivio para el agro bonaerense
Mientras la provincia de Buenos Aires enfrenta una de las peores inundaciones de los últimos años, el nuevo informe agroclimático anticipa más lluvias y bruscos descensos térmicos, complicando la siembra de maíz y trigo.
El panorama climático no mejora para el agro argentino. Según la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, las inundaciones ya afectan 4,3 millones de hectáreas en territorio bonaerense, con 900.000 hectáreas bajo el agua y pérdidas totales en esos lotes. A la falta de infraestructura rural se suma una nueva alerta: el Informe de Perspectivas Agroclimáticas del 9 al 15 de octubre de 2025 prevé precipitaciones sobre el noroeste y el centro del área agrícola, acompañadas de marcadas oscilaciones térmicas y riesgo de heladas.
En el mapa elaborado por la Bolsa de Cereales, las zonas marcadas en naranja muestran las áreas comprometidas por los anegamientos, mientras que el color azul identifica las superficies directamente cubiertas por el agua.
El informe señala que, tras un breve repunte de calor por vientos tropicales, un frente frío avanzará con lluvias irregulares y un marcado descenso térmico en la mayor parte del país. Esto significa que las zonas del norte de la región Pampeana, Mesopotamia y Uruguay podrían registrar acumulados de hasta 50 mm, mientras que el centro y sur bonaerense mantendrán precipitaciones escasas pero con riesgo de heladas localizadas en las serranías.
Este escenario llega en medio de una emergencia hídrica sin precedentes. "Estimamos que cerca de 900.000 hectáreas están completamente bajo el agua, con pérdidas totales", explicó Ramiro Costa, economista jefe de la Bolsa de Cereales. Desde la entidad advierten que el resto del área afectada -hasta completar las 4,3 millones de hectáreas- presenta grados variables de daño, con trigo sin fertilizar, caminos rurales intransitables y siembras demoradas o reprogramadas.
El problema se intensificó desde marzo y, pese a una leve baja en las lluvias de septiembre, los suelos permanecen saturados. En agosto, las precipitaciones fueron 6,4 veces superiores a la media, lo que dejó un terreno sin capacidad de absorción. La Oficina de Riesgo Agropecuario (ORA) también advirtió que la frecuencia de tormentas -con "pasajes semanales de sistemas frontales"- impide la recuperación.
El nuevo pronóstico agroclimático no ofrece un respiro: luego de las lluvias previstas para el norte y centro del país, una masa de aire polar provocará heladas en el oeste y sur bonaerense, afectando los lotes ya castigados. La situación podría retrasar aún más la siembra de maíz y soja, justo cuando comienza la ventana óptima para su implantación.
A pesar de que el avance del maíz alcanza el 19,8% de las 7,8 millones de hectáreas proyectadas, la Bolsa de Cereales advierte que "la provincia de Buenos Aires continúa reportando atrasos en las labores debido a los excesos hídricos". Si las lluvias no cesan y las temperaturas siguen bajando, el riesgo es perder parte de la ventana de siembra y comprometer los rindes de la campaña 2025/26.
La combinación de excesos hídricos, caminos intransitables y oscilaciones térmicas dibuja un cuadro complejo. Productores del centro bonaerense advierten que sin obras de infraestructura, drenajes y mantenimiento de caminos, cada nuevo ciclo de lluvias deja a la región más vulnerable.
El desafío inmediato será resistir la próxima semana: con lluvias que se concentrarán en el NOA, el norte de Córdoba y la Mesopotamia, y heladas previstas en el sur de Buenos Aires, el agro argentino enfrenta una primavera marcada por la incertidumbre y la necesidad urgente de planificación.