Después de varios días grises, Buenos Aires despide la inestabilidad con un viernes de lluvias aisladas y un marcado descenso térmico. La jornada comenzó con nubosidad variable y algunas precipitaciones débiles sobre el AMBA, pero hacia la tarde el viento del sudeste comenzará a afirmarse y traerá aire más estable, lo que marcará el fin de este periodo húmedo.

Durante la mañana, persistirá una baja probabilidad de chaparrones aislados, aunque sin fenómenos importantes. La mejora se notará progresivamente durante la tarde, con cielos más despejados y temperaturas máximas entre 22 y 23 °C, bastante más frescas que los valores de días anteriores, cuando se habían alcanzado picos de 27 a 28 °C. Por la noche, la nubosidad disminuirá de forma marcada, dando paso a un panorama más sereno.

El fin de semana del Día de la Madre se perfila con muy buenas condiciones de tiempo sobre la provincia de Buenos Aires. El ingreso de un sistema de alta presión garantizará dos jornadas estables y mayormente soleadas, con mañanas frescas y tardes templadas. El sábado será la jornada más agradable, con mínimas cercanas a los 12 °C en la Ciudad y por debajo de los 10 °C en el conurbano, mientras que las máximas rondarán los 22 °C.

El domingo, Día de la Madre, el viento rotará al noreste y se intensificará, con ráfagas que podrían superar los 40 km/h. Aun así, el cielo permanecerá parcialmente nublado y las temperaturas se mantendrán templadas, ideales para actividades al aire libre. Será "un fin de semana ideal para disfrutar, aunque con viento y mañanas frescas".

La próxima semana mostrará un nuevo cambio de tendencia. A partir del lunes, se espera un aumento sostenido de las temperaturas, con máximas que volverán a ubicarse entre 27 y 28 °C en la Ciudad y alrededores. Hacia el miércoles, la nubosidad podría aumentar y traer un paréntesis en el ascenso térmico, pero el tramo final de la semana se presentará nuevamente más inestable, con posibilidad de lluvias y tormentas generalizadas hacia el fin de semana del 25 y 26 de octubre.

En síntesis, Buenos Aires recupera el sol y la calma para el Día de la Madre, pero la primavera mantiene su carácter cambiante, con nuevas oscilaciones térmicas y probabilidades de tormentas que volverán a marcar el pulso del clima en los próximos días.