Lluvias históricas en la región núcleo: alivio hídrico con sabor a desafío
En apenas 48 horas, los acumulados superaron los promedios históricos en Buenos Aires y Santa Fe. El exceso de agua trae contrastes: riesgo sanitario en trigo, pérdidas en zonas bajas y complicaciones logísticas, aunque asegura reservas clave para la próxima siembra.
En apenas dos días, las lluvias en la región núcleo duplicaron y hasta quintuplicaron los promedios históricos de agosto, generando un escenario inusual en la zona agrícola más productiva del país.
Según datos de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), localidades del noroeste bonaerense fueron las más golpeadas: Baradero acumuló 156 mm, Chacabuco 146 mm y Pergamino 126 mm, con registros de más de 80 mm en solo 24 horas. En Rosario, las precipitaciones también sorprendieron, con 102 mm en el mismo período.
Del alivio a la preocupación: trigo bajo la lupa
El exceso de humedad trae consigo un riesgo sanitario creciente. Técnicos de la Guía Estratégica para el Agro (GEA) advirtieron que las condiciones actuales son ideales para la propagación de enfermedades en trigo, lo que obligará a reforzar aplicaciones de fungicidas para sostener los rindes proyectados.
En paralelo, los lotes bajos del noreste bonaerense ya registran excesos hídricos que amenazan con pérdidas totales. Paradójicamente, la misma región había sido epicentro de la sequía más severa del país a comienzos de año. Hoy, el péndulo climático genera un escenario de extremos.
camino rural bajo agua
Logística en jaque: caminos rurales bajo agua
El exceso de lluvias golpeó también la infraestructura rural. En varias zonas, los caminos quedaron intransitables, complicando el transporte de insumos y la circulación de maquinaria agrícola.
La situación se agrava en localidades donde los acumulados anuales ya superan los 1000 mm, generando un desafío para la movilidad y la planificación logística en plena campaña.
Exceso de agua genera desafíos para cultivos y logística
Mirada a futuro: reservas plenas, incertidumbre vigente
Los técnicos coinciden en que la abundancia de agua deja un piso de humedad óptimo para la continuidad del trigo y la siembra de granos gruesos. Sin embargo, advierten que se necesitan días de estabilidad para permitir el drenaje y evitar problemas de asfixia radicular en los cultivos.
"Estamos asombrados por la magnitud de los acumulados", reconoció Cristian Russo, jefe de GEA, quien subrayó que el desafío es doble: aprovechar el potencial de altos rindes y gestionar los riesgos sanitarios y logísticos que trae tanta humedad.
El pronóstico a corto plazo suma incertidumbre: un nuevo frente frío podría aportar más lluvias en el centro y sur bonaerense, poniendo a prueba la capacidad de manejo del sector en un año que ya se perfila como climáticamente extremo.