Nieve en Buenos Aires: Copos inesperados y postales inéditas en el AMBA
Una mañana gélida sorprendió al Conurbano bonaerense con una nevada que, aunque breve, despertó recuerdos de 2007. Desde Pilar hasta José C. Paz, vecinos registraron el fenómeno con asombro. ¿Volvió la nieve a Buenos Aires?
A media mañana del lunes 23 de junio de 2025, el Servicio Meteorológico Nacional (SMN) confirmó lo que muchos esperaban con ansias: nevó en el Conurbano bonaerense. Copos visibles descendieron sobre localidades como Pilar, San Miguel, Escobar y José C. Paz, generando una reacción inmediata de vecinos que, en muchos casos, nunca habían visto la nieve.
Lo que comenzó como aguanieve poco antes de las 7AM, se convirtió en nieve ligera, producto de una combinación de factores meteorológicos casi inéditos para el Área Metropolitana de Buenos Aires: alta humedad, viento helado y temperaturas cercanas a 0°C. Las imágenes no tardaron en viralizarse en redes sociales, con cientos de usuarios compartiendo postales del fenómeno.
"En 58 años, nunca vi la nieve. Esto me llenó el corazón", relató una vecina emocionada. Aunque la nevada fue breve y no generó acumulación significativa, los autos, techos y patios suburbanos sí recibieron una leve capa blanca que sorprendió tanto a chicos como a adultos. Las escenas de asombro, risas y registros fotográficos transformaron la gélida jornada en un recuerdo colectivo.
Los antecedentes de este tipo de fenómenos son escasos. El 9 de julio de 2007 marcó la última gran nevada registrada en la región, con una intensidad que cubrió amplias zonas de la ciudad y el Gran Buenos Aires. Antes de eso, hay que remontarse a 1918 para encontrar una postal similar. Desde entonces, solo hubo reportes de aguanieve aislada.
Según explican desde el SMN, la ola de frío polar que afecta al país genera condiciones propicias para eventos como este, aunque rara vez coinciden los factores necesarios. El fenómeno registrado este lunes se debió al ingreso de una masa de aire frío acompañada de humedad en niveles medios y bajos de la atmósfera.
El cambio climático y la alteración de los patrones atmosféricos también fueron mencionados como parte del análisis posterior al evento. Aunque no se puede atribuir un hecho puntual a esta causa, sí se reconoce una mayor frecuencia de fenómenos extremos y anómalos en los últimos inviernos.

La experiencia fue especialmente valorada por niños y adolescentes, muchos de los cuales vivieron por primera vez la sensación de ver y tocar nieve en su ciudad. En redes, los videos mostrando copos cayendo suavemente sobre plazas, autos y jardines se multiplicaron con mensajes de alegría y sorpresa.
El SMN mantiene vigente el alerta por bajas temperaturas, anticipando nuevas jornadas con valores bajo cero. Aunque no se esperan nuevas nevadas en el corto plazo, no se descartan episodios de aguanieve o heladas fuertes en sectores rurales y ribereños del AMBA.
Lo ocurrido este 23 de junio no fue una nevada histórica en términos de acumulación, pero sí en su capacidad de evocar memorias, generar asombro y reavivar el vínculo emocional con el clima. Fue un recordatorio de que, incluso en un invierno húmedo y gris, la nieve puede aparecer como un regalo improbable en pleno corazón urbano.