El asado traspasa la barrera: avalan el ingreso de carne con hueso a la Patagonia
El Gobierno autorizó el traslado de costilla, asado y esternón desde zonas con fiebre aftosa controlada por vacunación. En la región patagónica hubo rechazo por el impacto económico y sanitario que puede generar..
Después de más de dos décadas de prohibición, el asado con hueso cruzará el río Colorado. El Gobierno nacional oficializó este viernes, a través de la Resolución 460 del Senasa, una medida que permite el ingreso de carne con hueso a la Patagonia desde zonas donde la fiebre aftosa es controlada mediante vacunación. La norma habilita cortes como costilla, asado y esternón, siempre que se cumplan estrictas condiciones sanitarias.
Se trata de una decisión de fuerte impacto sanitario, económico y político. Si bien la medida apunta a ampliar la oferta y reducir los precios en góndola para los consumidores patagónicos, generó un rechazo inmediato en las asociaciones rurales del sur, que ven en esta flexibilización una amenaza para el estatus sanitario diferencial que sostiene la región desde 2002, cuando fue declarada libre de aftosa sin vacunación.
Controles y condiciones
La disposición del Senasa no levanta la barrera sanitaria, sino que establece una excepción controlada. Solo podrán ingresar carnes frescas refrigeradas, provenientes de frigoríficos habilitados, con animales nacidos, criados y faenados en regiones libres de aftosa con vacunación.
El protocolo exige maduración de la carne, control de pH, empaque específico, traslado en vehículos certificados y trazabilidad total del producto, tanto documental como física. No se autorizará el ingreso de carne congelada, huesos largos, cabezas, columnas, ni medias reses o animales enteros. Además, los cortes con hueso deberán ser consumidos exclusivamente dentro de la Patagonia.
Las provincias alcanzadas son Río Negro, Neuquén, Chubut, Santa Cruz, Tierra del Fuego y la zona del partido de Patagones, en Buenos Aires.
Impacto y controversias
Mientras que desde el Gobierno argumentan que esta apertura busca aliviar los precios del asado en la región, voces del sector ganadero patagónico aseguran que esta medida pone en riesgo el trabajo de años por sostener un estatus sanitario que permitió el acceso a mercados premium y diferenciales.
"No hay garantías de que esta flexibilización no derive en una degradación del estándar sanitario patagónico", señalaron referentes rurales de la región. También advirtieron que la medida favorecerá a frigoríficos del norte del país, en detrimento de la industria local, lo que podría provocar pérdidas económicas y cierre de establecimientos.
Consulta internacional y aval técnico
Para avanzar con la resolución, el Gobierno consultó a las autoridades sanitarias de Chile y de la Unión Europea, mercados clave para la Patagonia. Ambas partes no objetaron el cambio. El Senasa asegura que la nueva normativa no altera el estatus sanitario ni habilita la reexportación, lo que garantizaría la integridad de la barrera sanitaria.
Aun así, la decisión deja al descubierto una tensión que va más allá del control sanitario: la de un país que busca armonizar precios para el consumidor sin descuidar el equilibrio regional de su producción ganadera. En ese equilibrio, el asado con hueso se convirtió, otra vez, en símbolo y conflicto.