Argentina en retroceso: Mientras Brasil y Uruguay aumentan sus exportaciones, Crece el enojo en el campo
En el primer semestre de 2025, Brasil marcó un récord en exportaciones de carne vacuna y Uruguay también creció, mientras que Argentina retrocedió un 20%, generando enojo en el campo por la falta de políticas que impulsen la competitividad y las exportaciones.
En un contexto de fuerte crecimiento global de la demanda de carne vacuna, Argentina retrocedió un 20% en sus exportaciones durante el primer semestre de 2025. En contraste, Brasil alcanzó máximos históricos tanto en volumen como en valor exportado, mientras Uruguay también consolidó su expansión en mercados estratégicos como Estados Unidos. El contraste es tan evidente como doloroso: la ganadería argentina pierde terreno, competitividad y rentabilidad, y en el interior del país crece la bronca.
Brasil exportó 1,29 millones de toneladas entre enero y junio, lo que representa un incremento del 13% respecto del mismo período de 2024. El ingreso de divisas fue de 6.562 millones de dólares, con valores por tonelada que superaron los 5.450 dólares, según el analista Ignacio Iriarte. Solo en junio, las ventas alcanzaron 241 mil toneladas y marcaron un récord mensual histórico en valor: 1.314 millones de dólares.
Uruguay, por su parte, también sigue creciendo. Las exportaciones de carne vacuna aumentaron un 3% respecto al primer semestre de 2024, pero si se compara con 2023, el crecimiento fue del 12%. Lo más destacado: las ventas a Estados Unidos aumentaron un 30%, con valores promedio de 5.500 dólares por tonelada, frente a una baja en las ventas a China, que paga alrededor de 4.800 dólares por tonelada.
¿Y Argentina? Las cifras oficiales revelan que las exportaciones cayeron un 20% interanual, afectadas por una combinación crítica de aumento de costos en dólares, atraso cambiario, retenciones, falta de crédito agropecuario competitivo y una política comercial errática que no permite al sector aprovechar las oportunidades globales. El deterioro se hizo sentir especialmente en el primer cuatrimestre, aunque hubo cierta recuperación en mayo y junio. Aun así, los volúmenes son menores a los de 2024.
El malestar es creciente entre los productores ganaderos. En palabras de un referente cooperativo del norte de Buenos Aires:
"No podemos competir en este contexto. Mientras los vecinos ganan mercados, nosotros seguimos atados por políticas que castigan al que produce".
Desde el ámbito gremial, representantes de entidades como CRA, SRA y Coninagro advierten que la pérdida de competitividad estructural es alarmante. El campo reclama medidas concretas: baja de retenciones, crédito accesible, apoyo a la tecnificación y una política exportadora seria.
En este escenario, Brasil capitaliza la crisis ganadera en Estados Unidos, donde la falta de relevo generacional y la reducción del stock vacuno impactan negativamente. Uruguay, por su parte, diversifica mercados, apuesta por la trazabilidad y consolida su reputación internacional.
Argentina se aleja del podio, incluso cuando cuenta con condiciones naturales, conocimiento técnico y una tradición ganadera de excelencia. La pérdida de mercados no es solo un dato económico: compromete a toda la cadena de valor, desde el productor hasta el frigorífico, e impacta en las economías regionales.
El mundo necesita más carne. Estados Unidos y China están en plena guerra comercial, lo que amplía la ventana para exportadores competitivos. Argentina debería estar entre ellos, pero sufre una desconexión entre potencial productivo y política agropecuaria. La consecuencia: menos divisas, menos empleo, menos desarrollo y más frustración en el interior productivo.