La faena vacuna se resiente en Patagonia
Río Negro registra la peor caída de la última década y la región enfrenta un combo explosivo: baja en el consumo, precios deprimidos, sequía y carne con hueso cruzando la barrera sanitaria.
La Patagonia vuelve a encender luces de alerta en su economía ganadera. Un informe oficial de la Secretaría de Agricultura de la Nación confirmó que la faena bovina cayó un 8% en el primer semestre de 2025 en Río Negro y Neuquén, lo que marca no solo una tendencia preocupante, sino también el síntoma de un problema más profundo.
Con apenas 99.000 cabezas faenadas en seis meses, la actividad retrocedió a niveles similares a los de 2019, uno de los peores años para el sector. Y la situación es aún más grave si se observa provincia por provincia.
En Río Negro, la caída fue estrepitosa: 11% menos que en 2024, y un 7% por debajo del promedio de los últimos cinco años. La cifra, 77.147 animales faenados, es apenas superior a la del 2019, cuando se alcanzaron mínimos históricos.
En cambio, Neuquén sorprendió con un aumento del 7% interanual, cerrando el semestre con casi 22.000 cabezas. Sin embargo, el dato es engañoso: respecto al promedio quinquenal, la faena neuquina también retrocede. Algunos analistas creen que el repunte responde a un desvío de animales desde Río Negro, como consecuencia de decisiones logísticas o comerciales más convenientes.
Pero la caída no puede explicarse solo en números. Detrás hay factores que el campo conoce bien: precios minoristas en baja, consumo interno deprimido, sequía persistente y un mercado poco claro. A eso se suma un nuevo capítulo de tensión: la habilitación del ingreso de carne con hueso desde el norte del río Colorado, gracias a la resolución 460/25 del SENASA.
La medida fue rechazada por entidades y productores patagónicos, que advirtieron sobre los riesgos sanitarios y el posible impacto comercial en los frigoríficos regionales. ¿Competencia desleal? ¿Pérdida de mercado? Aún es pronto para saberlo, pero los temores están sobre la mesa.
La faena bovina es mucho más que un dato estadístico. Es empleo rural, es cadena de valor, es arraigo y desarrollo. Que se desinfle en una región como Patagonia debería ser una alarma para todos los niveles de gobierno.
Porque cuando la carne no se mueve, la economía del sur también se detiene.