Tensión en la frontera: las Rurales Patagónicas redoblan la presión para blindar el asado
Tras el cierre del mercado chileno a la carne patagónica, productores exigen al Senasa restablecer la barrera contra el ingreso de cortes con hueso. Temen un efecto dominó en otros compradores internacionales.
La relación comercial entre la Patagonia y sus compradores de carne de alta calidad entró en zona de turbulencia. La reciente decisión de Chile de cerrar sus fronteras a la carne patagónica encendió las alarmas en las sociedades rurales de la región, que ya planifican un pedido urgente al Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa): volver a prohibir el ingreso de cortes con hueso al sur del río Colorado.
"Queda claro que a los patagónicos nos mintieron", disparó Nora Lavayén, presidenta de la Federación de Sociedades Rurales de Río Negro, recordando que la Resolución 460 -firmada este año- había asegurado que no había objeciones de los países compradores.
El reclamo tendrá como destinataria a la futura titular del Senasa, María Beatriz "Pilu" Giraudo, que aún no asumió formalmente. El objetivo: derogar todas las resoluciones que habilitaron la entrada de carne con hueso y reinstalar una barrera sanitaria estricta bajo la consigna de que el "riesgo cero" de aftosa en la región no existe.
La preocupación se potencia por antecedentes inmediatos. Hace apenas unos meses, y tras ocho años de gestiones, productores patagónicos concretaron la primera venta de toros en pie a Chile, operación que abrió expectativas de un mercado más amplio para las cabañas. Sin embargo, esa fue "la primera y la última", lamenta Lavayén.
El temor no se limita a la Cordillera. La Unión Europea y Japón -importadores de carnes patagónicas- todavía no fijaron postura, y en las rurales temen que imiten la decisión chilena, afectando no solo la reputación sanitaria, sino el flujo de divisas hacia la región.
En el plano judicial, un reciente revés complicó la estrategia: la justicia federal de Viedma, rechazó el amparo presentado por las rurales, argumentando que no se había rebatido el informe técnico de Senasa que minimiza los riesgos. "No tuvimos acceso a ese informe", replicó la dirigente, que ahora apuesta a un recurso administrativo para intentar revertir la medida.
Mientras tanto, la indignación crece y la sensación de que el tiempo juega en contra es compartida en todo el "bloque patagónico". La pulseada sanitaria y comercial recién empieza.