En medio de una reactivación del mercado automotor argentino, Toyota se posiciona como uno de los grandes protagonistas del sector. Con 34.985 unidades patentadas en lo que va del año, se ubica apenas por debajo de Volkswagen, según datos de Acara, y lidera en su segmento gracias a la performance de la Hilux, la pickup fabricada en su planta de Zárate.

"La Argentina podría alcanzar un mercado de 800.000 unidades anuales en dos o tres años si se consolida el ordenamiento económico", sostuvo Gustavo Salinas, presidente de Toyota Argentina, en una entrevista exclusiva. Y agregó: "Ya estamos viendo un repunte claro, con niveles de patentamientos que no se veían desde hace siete años".

Con una producción que exporta el 80% de su volumen a 23 países, Salinas destacó que la competitividad global es una condición imprescindible. "Nuestros precios aumentaron un 110% entre noviembre de 2023 y abril de 2025, muy por debajo del 200% de inflación y devaluación acumuladas en ese período. Esto es posible gracias a una política de eficiencia de costos que responde a estándares internacionales".

Uno de los temas más esperados es la renovación de la Hilux, cuya última generación ya muestra signos de actualización pendiente. "Tenemos una demanda muy fuerte en la región, y es lógico que el cliente espere una renovación. Va a llegar lo más pronto posible", anticipó Salinas. Si bien no precisó fechas, todo indica que la nueva Hilux será una de las apuestas más fuertes para el corto plazo.

En paralelo, la planta de Zárate opera a tres turnos diarios, una rareza en el contexto industrial argentino, y busca ampliar su competitividad regional y mundial. Parte del éxito, según Salinas, está en el esfuerzo conjunto con proveedores locales, aunque también subrayó el peso del sistema tributario argentino, que llega a encarecer entre un 10% y un 15% el precio final de cada vehículo. "La cascada impositiva es un tema crítico: ingresos brutos, tasas municipales, impuesto al cheque... todo impacta", explicó.

En relación a la electrificación, Toyota se muestra cautelosa. Si bien reconoce que muchos países exigen tecnologías limpias para seguir importando, su enfoque apunta a una adopción gradual. "La región no tiene la capacidad económica para subsidiar autos eléctricos como en otras partes del mundo. Por eso estamos estudiando alternativas tecnológicas más viables para nuestra realidad", afirmó.

Consultado sobre el cupo de electrificados del Gobierno, Salinas fue tajante: "No tenemos vehículos que cumplan con el valor FOB de US$16.000 para ingresar a ese régimen. Nuestra estrategia es seguir apostando a la producción local y a la integración regional con Brasil. No queremos depender de la importación".

Además, Toyota prepara el lanzamiento de un nuevo SUV del segmento B, diseñado para captar fuerte demanda en el mercado argentino. "Le tenemos mucha confianza. Va a ser un producto de mucha satisfacción para el cliente", adelantó el ejecutivo.

En un país donde los fabricantes enfrentan desafíos fiscales, logísticos y de infraestructura, Toyota redobla su apuesta por la industria nacional, la innovación en sus líneas de producción y un recambio sustentable del parque automotor. Todo indica que, con su Hilux al frente, la automotriz japonesa seguirá siendo clave en el futuro del sector automotor argentino.