Mercado granos

Dólar al límite y soja en baja: la presión del mercado golpea a Rosario y al agro local

El dólar volvió a tocar el techo de la banda y la soja ajustó en Rosario. El agro argentino enfrenta la doble presión de la volatilidad cambiaria y la competencia externa.

 El mercado de granos en Argentina cerró una nueva rueda marcada por la tensión financiera y la influencia de los precios internacionales. El tipo de cambio para el agro se ubicó en $1465,50, repitiendo la dinámica de la jornada previa y consolidando la presión del dólar sobre el negocio exportador. En paralelo, la soja en Rosario cayó a $435.000 por tonelada en la apertura, con operaciones que finalmente se fijaron en torno a los $440.000, mientras que en los puertos del sur se mantuvo en $435.000. Esta baja, sumada al menor volumen de negocios, refleja un escenario donde los productores siguen con cautela y las fábricas ajustan su nivel de compras.

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En maíz, el mercado también se movió con cierta debilidad. La exportación pagó USD 180 en Rosario, mientras que en Necochea se cerraron operaciones a USD 175 y en Bahía Blanca en USD 180. Para el trigo, los precios mostraron un comportamiento mixto: en Rosario se negociaron USD 195, en Bahía Blanca USD 201, y para entrega en diciembre en Rosario el precio ajustó a USD 188, con Bahía en USD 190.

Dólar al límite y soja en baja: la presión del mercado golpea a Rosario y al agro local

La dinámica local estuvo fuertemente influenciada por lo que ocurre en el exterior. En el mercado de Chicago, la soja volvió a cerrar con bajas, arrastrada por tres factores claves: el fortalecimiento del dólar estadounidense, que encarece las exportaciones norteamericanas; el avance de la cosecha en Estados Unidos, que agrega oferta al mercado; y la debilidad en el complejo aceitero, con un aceite de soja en retroceso. A esto se sumó el dato que marcó la semana: Brasil espera una cosecha récord de soja de 177,6 millones de toneladas para la campaña 2025/26, según el primer informe de la CONAB. La proyección implica un aumento del 3,6% respecto al ciclo anterior, con un área sembrada que treparía a 49 millones de hectáreas. Este dato se convierte en una señal de alarma para Argentina, que ve cómo su principal competidor regional amplía la brecha en volúmenes exportables.

La presión también se sintió en el maíz. Los futuros en Chicago terminaron en terreno negativo, influenciados por la estacionalidad de la cosecha estadounidense, que aumenta la oferta y tira hacia abajo las cotizaciones. Además, la asociación Coceral redujo su estimación de producción en la Unión Europea y el Reino Unido a 56,7 millones de toneladas, desde una previsión previa de 60,6 millones. En Brasil, la CONAB espera que la cosecha 2025 alcance 138,3 millones de toneladas, levemente por debajo de la campaña anterior. Sin embargo, el dato más relevante es que las exportaciones brasileñas de maíz podrían crecer hasta 46,5 millones de toneladas, consolidando a ese país como un jugador decisivo en el comercio global.

Dólar al límite y soja en baja: la presión del mercado golpea a Rosario y al agro local

En trigo, la tendencia también fue bajista. El Consejo Internacional de Cereales (IGC) elevó su pronóstico de producción mundial 2025/26 a 819 millones de toneladas, un incremento de 8 millones frente a su estimación anterior. La suba se explicó por mejores perspectivas en Australia, Rusia y Canadá, lo que amplía la oferta global y presiona las cotizaciones. En paralelo, Coceral elevó su proyección de producción de trigo blando en la Unión Europea y el Reino Unido a 147,4 millones de toneladas, un máximo en diez años. Estos datos refuerzan la idea de un mercado sobreabastecido, que se traduce en dificultades para los exportadores argentinos a la hora de competir.

Para la Argentina, la situación se complejiza en dos planos: la volatilidad cambiaria y la competencia regional. Por un lado, el hecho de que el dólar vuelva a tocar el techo de la banda genera un escenario de expectativas en el sector, con productores que demoran ventas y con exportadores que ajustan su operatoria frente a un tipo de cambio que todavía no logra estabilizarse. Por otro lado, el crecimiento sostenido de Brasil en soja y maíz, junto con la recuperación del trigo en mercados clave, deja en evidencia la pérdida de terreno de nuestro país en el tablero global.

Dólar al límite y soja en baja: la presión del mercado golpea a Rosario y al agro local

A esto se suma un contexto internacional marcado por la incertidumbre en la demanda. En soja, las ventas semanales de exportación de Estados Unidos fueron de 923.000 toneladas, dentro de lo esperado por el mercado, pero con un dato preocupante: los compromisos acumulados están un 36% por debajo del año anterior, el nivel más bajo en 17 años. En trigo, en cambio, los compromisos de EE. UU. se ubican 21% por encima del año pasado, marcando el mejor registro en cinco años para esta época. Estos vaivenes muestran que la demanda global está lejos de ser lineal y que la competencia entre exportadores se intensifica.

En este marco, el agro argentino enfrenta un dilema estructural. Mientras la región avanza en volumen y previsibilidad, nuestro país sigue atado a la brecha cambiaria, las retenciones y la falta de reglas claras, que quitan competitividad en los mercados internacionales. El resultado es que cada movimiento externo -ya sea una proyección de cosecha en Brasil o una revisión de la oferta global de trigo- golpea con mayor fuerza a la producción local.

La jornada dejó una conclusión clara: Argentina no puede aislarse del tablero regional y global. El dólar al límite de la banda, la caída de la soja en Rosario y la presión de la oferta mundial de granos muestran que el desafío es doble: resolver las distorsiones internas y, al mismo tiempo, recuperar protagonismo frente a competidores que no dejan de ganar terreno.

Agrolatam.com
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