La jornada del 23 de junio cerró con un marcado retroceso en los valores de referencia para la soja, el maíz y el trigo en los principales mercados. Tanto en el Mercado a Término de Buenos Aires (MATba) como en la plaza de Chicago, los contratos reflejaron un escenario bajista, empujado por condiciones climáticas que auguran buenas cosechas en Estados Unidos y Canadá. 

Esta tendencia genera preocupación en el campo argentino, dado su impacto directo en la rentabilidad y la planificación comercial del sector agropecuario. 

Los contratos de soja en Chicago cayeron más de 27 USD por tonelada en casi todas sus posiciones, cerrando diciembre a 1.184,97 USD, una baja diaria de -2,45 %. En el mercado local, el precio de fábrica para Rosario Norte también mostró retrocesos, promediando los 322.163 ARS por tonelada. En el caso del maíz, las bajas alcanzaron el 2,4 % para los contratos más operados en Chicago, con el vencimiento de septiembre marcando un mínimo histórico desde su entrada al mercado. 

El contrato diciembre cerró a 327,05 USD, reflejando las buenas perspectivas climáticas en el Medio Oeste estadounidense. Para el trigo, las pérdidas también fueron significativas, cercanas al 2 %, impulsadas por el avance de la trilla en EE.UU. y pronósticos de lluvias beneficiosas para las zonas productoras de trigo de primavera. En Chicago, el contrato de julio cerró en 311,29 USD, mientras que el septiembre lo hizo en 319,67 USD. Factores que explican el retroceso

• Clima favorable en EE.UU.: Altas temperaturas y humedad en el Medio Oeste impulsan expectativas de excelente rendimiento para maíz y soja.
• Avance de cosechas: El trigo de invierno en EE.UU. avanza rápidamente, al igual que la mejora en las praderas canadienses.
• Mayor oferta global: Las condiciones actuales sugieren una presión de oferta en el corto plazo, debilitando los precios internacionales.
• Tensión internacional sin impacto directo: Pese a los ataques de EE.UU. a Irán y el repunte del petróleo, el impacto sobre los derivados de la soja fue limitado en la jornada.

 Estas bajas de precios globales golpean directamente la capacidad de negociación de los exportadores y generan incertidumbre en la comercialización local. En un contexto de costos crecientes, inflación local y alta carga impositiva (como las retenciones), los márgenes del productor se ven comprometidos. Además, el mercado de futuros agrícola pierde atractivo como herramienta de cobertura frente a escenarios de alta volatilidad, afectando tanto a grandes jugadores como a cooperativas y productores medianos. Conclusión La fuerte baja en los precios internacionales de soja, maíz y trigo plantea un nuevo desafío para el agro argentino, que debe reconfigurar su estrategia de comercialización y cobertura financiera. En un escenario donde los factores climáticos globales inciden directamente en la rentabilidad nacional, será clave una respuesta coordinada desde las políticas públicas y una mirada estratégica de largo plazo en toda la cadena de valor agroexportadora.