Mercado de granos: China vuelve a mirar a EE.UU. y Argentina queda en el medio del tablero
China vuelve a comprar soja en EE.UU. y reacomoda el mercado global. Argentina queda en el medio de la pulseada entre Washington y Brasil, con impacto directo en precios y exportaciones de granos.
El mercado mundial de granos atraviesa un momento de reacomodamiento. China, el mayor comprador global de soja, comenzó a redirigir sus compras hacia Estados Unidos, luego de meses en los que se había volcado fuertemente a Sudamérica, con Brasil como principal proveedor.
La decisión llega en un contexto clave: la cosecha estadounidense está a punto de salir y necesita encontrar destino, mientras que las existencias brasileñas se reducen y los exportadores argentinos y uruguayos buscan captar algo de esa demanda. Según la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, China podría adquirir hasta 10 millones de toneladas de soja en Argentina y Uruguay durante la campaña 2025/26.
Para nuestro país, la oportunidad está en la cercanía logística y la capacidad de embarque, pero el desafío sigue siendo la competencia con Brasil y la presión de costos internos, como las retenciones y la brecha cambiaria.
Maíz: un mercado con stock y precios en tensión
El maíz muestra un escenario más complejo. Tras la caída de precios internacionales, el grano estadounidense recuperó competitividad, registrando exportaciones semanales superiores a las 2 millones de toneladas, uno de los niveles más altos para esta época del año.
Sin embargo, tanto en Brasil como en Argentina todavía quedan volúmenes significativos sin vender. La reticencia de los productores argentinos a desprenderse de su maíz elevó las primas locales y restó atractivo en comparación con otros orígenes. Dante Romano, investigador del Centro de Agronegocios de la Universidad Austral, advirtió: "Si ese maíz entrara al mercado internacional, requeriría una fuerte baja de precios para colocarse".
Brasil podría amortiguar parte de su excedente gracias a nuevas inversiones: se proyectan al menos tres plantas de etanol a base de maíz en Mato Grosso, que sumarían 6 millones de toneladas de consumo interno en apenas un año.
Trigo: abundancia mundial y presión para Argentina
El trigo atraviesa un ciclo marcado por la abundancia global. Rusia, Australia y la Unión Europea aumentaron sus proyecciones de cosecha, lo que consolida un escenario bajista. En Argentina, las lluvias de agosto mejoraron el panorama: el 78% del cultivo se encuentra en condiciones buenas a excelentes y las expectativas de rindes superan el promedio histórico.
Pero el problema está en las ventas: solo el 2,6% de la producción esperada fue comercializada a precio por los productores argentinos, frente a un promedio histórico del 15% para esta época. Con tasas de interés altas y poco margen de almacenamiento, los analistas anticipan que, al momento de cosechar, la presión bajista será inevitable.
De cara a la campaña 2025/26, el maíz recuperaría área sembrada tras la caída del año pasado. Sin embargo, el encarecimiento de los fertilizantes, la relación de precios desfavorable frente a la soja y los excesos de lluvia en el noreste bonaerense podrían frenar parte de ese impulso.
La sojización sigue siendo un fenómeno presente: frente a los menores costos y la alta liquidez del cultivo, muchos productores consideran que, pese a las retenciones, la soja sigue siendo una alternativa más segura frente a la incertidumbre climática y financiera.
El giro de China hacia Estados Unidos cambia la dinámica del mercado internacional y obliga a Argentina a repensar su estrategia. Por un lado, hay una oportunidad concreta de colocar soja en el mercado asiático, pero al mismo tiempo la competencia de Brasil y EE.UU. deja poco margen de error. En maíz, el desafío está en agilizar ventas antes de que la presión global profundice la baja de precios, mientras que en trigo la clave será gestionar la abundancia sin perder rentabilidad.