Carnes

La industria frigorífica puede seguir creciendo

Aún los establecimientos perfilados para el mercado interno, complicados por la caída del consumo, pueden apostar a una mejora ni bien remonten los salarios.

3 Sep 2019

 Por Jorge Torelli Vicepresidente del IPCVA. 

Las exportaciones de carne vacuna argentina siguen creciendo y esto es una buena noticia para la industria frigorífica. No obstante, no existe una sola industria frigorífica ni todo lo que brilla es oro, por lo que es necesario remarcar algunos problemas para que este crecimiento se consolide en los próximos años. 

En primer lugar, es necesario diferenciar entre la industria exportadora y la consumera. La exportadora está trabajando a full, con la capacidad instalada a tope, mayormente por el fenómeno China pero también atendiendo eficazmente otros mercados, como la UE, Rusia, Chile o Israel.

La consumera, es justo reconocerlo, se encuentra en una situación más delicada, con un mercado interno deprimido y en algunos casos incluso con rentabilidad negativa. Muchos de los frigoríficos consumeros están visualizando que la salida exportadora -aún a destinos de baja exigencia- puede ser una buena opción aunque se enfrentan con la misma realidad económica que afecta a tantos otros sectores: la inversión se hace prácticamente imposible con las tasas actuales. 

Lo esperable en el corto plazo, para la industria consumera, es que se recupere el valor del salario ya que -como sabemos desde el Ipcva- los argentinos aumentan el consumo de carne vacuna ni bien mejoran sus ingresos. No sería extraño que rápidamente, ante una pequeña recuperación económica, se vuelvan a consumir 55 kilos per cápita al año (actualmente estamos en 50). 

Esta situación tan esperable, no obstante, es distinta a la de otras épocas ya que existe una fuerte competencia de las otras carnes (pollo, cerdo) en el mercado interno. 

Volviendo a la industria exportadora, las tasas también son un freno para aumentar la capacidad de congelamiento y los depósitos para productos congelados -uno de los aspectos más críticos para seguir creciendo-, ya que para ello se requiere de una gran inversión que pocas fábricas están realizando con recursos propios, sin un financiamiento razonable. 

En definitiva, la industria -"toda" la industria frigorífica- puede seguir creciendo pero con acceso a un financiamiento acorde que le permita complejizar su operación y profesionalizar aún más su estructura. Y, por supuesto, más allá del resultado de las próximas elecciones, será necesario mantener y profundizar en el tiempo la articulación público-privada que tan buenos resultados le dio al país, como quedó demostrado en los últimos años, generando empleo y divisas.

Ipcva