La combinación de inflación persistente, gripe aviar y escasez en góndolas provocó un giro inesperado en los hábitos de consumo de los estadounidenses. En lugar de correr detrás de las ofertas en supermercados, crece una alternativa insólita y cada vez más demandada: alquilar gallinas para producir huevos en casa.
El fenómeno, que comenzó como una curiosidad rural hace una década, hoy se consolida como microtendencia urbana. En más de 40 ciudades del país, familias enteras están recibiendo en sus patios pequeños gallineros móviles con entre dos y cuatro gallinas listas para poner. La iniciativa incluye comederos, bebederos, una guía práctica y todo lo necesario para criar a las aves por un semestre. En muchos casos, incluso con asistencia remota de granjeros.
"Este año fue explosivo. La demanda se triplicó en relación a 2023", aseguró Victoria Lee, responsable del programa "Rent The Chicken" en la zona de Los Ángeles, donde gestiona el servicio desde su granja en Agua Dulce. "Después de la pandemia, el interés ya era alto, pero la suba de precios en los supermercados nos dejó sin stock por semanas".
Huevos de lujo
El pico del furor se dio en pleno brote de gripe aviar. A comienzos de 2025, la docena de huevos llegó a cotizar más de 10 dólares en algunos estados, cuando el precio habitual ronda entre 3 y 5 dólares. Solo en marzo, el Departamento de Agricultura registró un alza interanual del 60,4%. Ante esta escalada, miles de consumidores comenzaron a buscar formas de reducir su dependencia de las góndolas.
Según las estimaciones de la empresa, con dos gallinas una familia puede recolectar hasta 14 huevos por semana. Los paquetes básicos cuestan entre 500 y 1.000 dólares, según la región y el equipamiento, lo que en muchos casos no representa un ahorro económico real. Pero quienes se suman valoran otros aspectos: frescura, calidad nutricional y, sobre todo, autonomía.
Gallineros con ruedas y pasto fresco
Uno de los ejes del sistema es el gallinero móvil, una estructura liviana y cercada con ruedas que permite mover a las aves dentro del jardín. "Así no destruyen el césped y siempre acceden a pasto fresco, insectos y lugares nuevos para escarbar", explicó Lee. Además, al estar cercado, protege a las gallinas de depredadores como mapaches o halcones.
Los impulsores del proyecto, Jenn y Phil Tompkins, iniciaron "Rent The Chicken" en Pennsylvania en 2013 como una apuesta por acercar el campo a la ciudad. Hoy, su red de granjeros ofrece servicios desde Florida hasta Washington, con una clientela que va desde familias jóvenes hasta jubilados con alma verde.
Una moda con alas
Aunque no es para todos -las gallinas necesitan atención diaria y un entorno adecuado-, el alquiler ofrece una puerta de entrada accesible para experimentar la producción avícola sin una gran inversión ni compromiso a largo plazo. Algunas familias, luego de probar, deciden comprar sus propias gallinas; otras devuelven el kit y consideran la experiencia suficiente.
Con una economía aún golpeada por la inflación y un mercado de alimentos cada vez más volátil, el fenómeno parece tener cuerda para rato. Y mientras los supermercados ajustan precios y cadenas de suministro, en muchos patios traseros de EE.UU., el canto del gallo ya no es cosa del campo.