Un informe técnico presentado durante el Simposio Fertilidad 2025 encendió las alarmas en el sector agropecuario argentino: el 75% de los suelos cultivados muestra niveles bajos de zinc y el 60% se encuentra por debajo del umbral crítico de fósforo. El deterioro avanza de forma silenciosa, y pone en jaque la capacidad productiva futura del país.
"El suelo está estable solo en apariencia. Los nutrientes esenciales están cayendo en picada", advirtió Hernán Sainz Rozas, experto del INTA, al presentar los últimos mapas de fertilidad de la región pampeana y el NEA/NOA.
Los datos comparan el estado de los suelos entre 2018 y 2024, y si bien la materia orgánica se mantiene estable, nutrientes como fósforo, potasio, calcio, magnesio, zinc y boro muestran una tendencia preocupante a la baja.
Zonas críticas y nutrientes en retroceso
En fósforo, el 60% de la superficie cultivada nacional tiene menos de 20 ppm, lo que limita el crecimiento de cultivos clave. En el este de Entre Ríos y el noreste bonaerense, los valores caen incluso por debajo de 10 ppm.
En calcio y magnesio, las caídas más pronunciadas se dan en el oeste de Buenos Aires y el sur de Córdoba.
En zinc, aunque hubo una leve mejora en el norte de la región pampeana, el 75% de los suelos sigue por debajo de 1,2 ppm, con niveles críticos en el este de La Pampa y el sudoeste bonaerense.
"Por debajo de 0,8 ppm de zinc, la respuesta al nutriente es casi segura", señaló Sainz Rozas.
Fertilización inteligente: cuándo, cómo y por qué
En otro panel del Simposio, el especialista Martín Díaz Zorita se refirió a la importancia de tomar decisiones de fertilización basadas en datos y contexto.
"Fertilizar no es solo aplicar productos, es construir ambientes. Si mejoramos las decisiones, mejoramos la producción", enfatizó.
Díaz Zorita destacó que:
El momento de aplicación es clave: en maíz, el óptimo se encuentra entre la séptima y décima hoja, cuando comienza la acumulación de materia seca.
La disponibilidad de agua en el suelo es determinante: sin solución acuosa, no hay absorción de nutrientes.
En zonas del oeste donde las lluvias son escasas entre diciembre y febrero, el riesgo de baja eficacia del fertilizante es alto.
Conocer el suelo es producir con criterio
El mensaje fue claro: no alcanza con aplicar fertilizantes sin entender el suelo. La agricultura moderna exige diagnóstico, datos y estrategia, para no continuar profundizando una crisis silenciosa que podría comprometer los rendimientos del futuro.
"¿Sabemos realmente dónde estamos produciendo?", fue la pregunta que dejó flotando Díaz Zorita al cierre del simposio.