La inflación, la sequía y la reestructuración en los patrones de gasto de las familias han impactado en el poder adquisitivo y en la composición de la actividad económica de la región.
El Departamento de Economía de la sede Rosario de la Universidad Austral ha publicado el informe de Indicadores Económicos Regionales, que ofrece un panorama de la economía en la Región Centro. Ana Inés Navarro, directora del departamento, destaca que, si bien se observan signos de recuperación en ciertos indicadores, persisten problemas estructurales que han llevado al estancamiento económico en la región.
Uno de los aspectos analizados en el informe es el gasto real de las familias de la Región Centro. Según Navarro, aunque ha habido un aumento en la venta de alimentos y bebidas, se registra una caída en otros gastos en bienes durables o de consumo más flexible. Esto indica que las familias están adaptando su composición de gastos debido a la inflación, que ha alcanzado el 105% en comparación con el año anterior y ha erosionado su poder adquisitivo.
El Índice Local del Ciclo Económico (ILCE), que mide el balance a nivel agregado, revela un crecimiento de la economía regional en comparación con el primer trimestre de 2022, superando incluso la actividad nacional. Sin embargo, si se observa una perspectiva de los últimos cinco años, se evidencia un claro estancamiento económico en la región.
En cuanto a la producción, la sequía ha tenido un impacto significativo en la producción primaria de la región. A pesar de esto, algunos indicadores han mostrado un crecimiento interanual en marzo, como la producción de bioetanol, la demanda comercial e industrial de electricidad, y la faena vacuna, porcina y aviar. Además, nueve de los once indicadores de producción crecieron en comparación con febrero, brindando cierto alivio a la economía local.
En el ámbito del consumo, cuatro de los ocho indicadores han aumentado en comparación con marzo de 2022. Sin embargo, la inflación ha llevado a un cambio en la composición del gasto, con un aumento en el consumo de alimentos y bebidas, pero una disminución en otros bienes durables o de consumo más flexible. Las ventas de automóviles y motos se han relacionado con la depreciación del peso y la búsqueda de activos que mantengan mejor su valor. A pesar de esto, las ventas continúan en niveles históricamente bajos.
La sequía también ha tenido un impacto negativo en el patentamiento de maquinaria agrícola e en las exportaciones de productos primarios, afectando al sector de inversión y al sector externo, respectivamente.
En el sector financiero, se espera que los indicadores se resientan debido al estancamiento económico. Especialmente, los préstamos al sector privado no financiero podrían verse afectados.
En cuanto al empleo, si bien los datos del Sistema Integrado Previsional Argentino (SIPA) muestran un crecimiento en la cantidad promedio de asalariados registrados del sector privado, el poder adquisitivo de los trabajadores ha disminuido en los últimos años.
En resumen, el informe revela que la economía de la Región Centro muestra señales mixtas de recuperación en algunos indicadores, pero también evidencia un estancamiento económico a largo plazo. La incertidumbre, la alta inflación y la sequía continúan afectando la actividad económica de la región, generando un panorama desafiante para su desarrollo y crecimiento sostenido.
