Agricultura

El sorgo se mete en la pelea

Los precios son más atractivos, y ahora cuenta con la voracidad China para avalar su futuro

21 Oct 2021

  Estable y rústico, tolerante a deficiencias de humedad y salinidad, con un rastrojo considerado curador de suelos. Excelente antecesor de leguminosas y clave en una rotación sostenible. Además, el productor tiene la posibilidad de capturar precios en los mercados de futuros. Es cierto que cuenta con menos opciones de venta que un maíz, pero muchos empiezan a verlo con otra cara. 

La Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) pone de relieve el presente del sorgo, que incluye un salto del 88 % en la superficie sembrada (980.000 hectáreas para 2020/21 y probablemente 1.100.000 en 2021/22, la mayor cobertura en 9 años) y ventas externas por casi 1,9 millones de toneladas en lo que va de la campaña iniciada en marzo de este año, el nivel más alto en una década. 

El disparador de su actual atractivo tiene que ver con los precios internacionales valores FOB que han escalado alrededor de un 60% en poco más de un año y el mercado que se abrió con China, el comprador excluyente para este forrajero. Es cierto, convendría ir planificando una estrategia para diversificar clientes en el mediano plazo, pero en tanto hay que saber que el gigante asiático va a recortar sus compras de maíz en 2021/22, y potenciará las de sorgo.

 DEMANDA GENUINA 

Para Leandro Pierbattisti, el sorgo tiene un enorme futuro. Históricamente se ha intercambiado el 10-11 % de la producción mundial, pero en los últimos diez años fuimos primero al 18 %, luego al 9 % y ahora al 16 %. Obedece a las idas y vueltas de China, que alteró totalmente el mercado y pasó del 20 % al 80 % del share. En 2015 este país suprime el precio mínimo del maíz, que empieza a ser menos oneroso, y a partir de 2016 caen las importaciones de sorgo, hasta reducirse a un mínimo durante la guerra comercial con Trump, conflicto que se superó con la firma del acuerdo Fase 1. Un trabajo de inteligencia público-privado y la referida guerra comercial hicieron que Beijing volviera a detectar el sorgo argentino y ahora está conforme con él. Nuestras exportaciones se han ido concentrando en el coloso asiático en las últimas tres campañas, un comprador que estábamos desaprovechando. 

En total, detrás de la Gran Muralla se generan unos 3,6 millones de toneladas de este grano, que están destinados mayormente a elaborar un licor especial. "China compra el grueso del sorgo importado a Estados Unidos -subraya Pierbattisti- , pero quiere reducir su dependencia de este proveedor.

El USDA prevé que el gigante asiático va a importar 10 millones de toneladas de sorgo en 2021/22; es decir, 1,5 millones más que la campaña previa. Lo relevante es que ya hay una industria instalada en el este del país donde están los usuarios finales, una demanda genuina que vino para quedarse más allá de las peripecias políticas. China no tiene tierras aptas para crecer en su producción; no le queda otra que importar forrajeros de manera creciente. Y Australia no cuenta con capacidad para aumentar el área de sorgo (las lluvias en el verano son su punto débil), lo que hacia delante deja bien parada a la Argentina", destaca el especialista. No todo es color de rosa. Tenemos un desafío logístico enorme por delante. 

El camión y los fletes marítimos, más caros que nuestros competidores, nos obligan a repensar este tema. Por otro lado, las especificidades que pide China (PH, cuerpos extraños, humedad) coinciden con los estándares de Australia y EE.UU.; tenemos que empezar a ajustarnos a esto.

El tercer reto es organizar la oferta comercial externa. El mundo está priorizando las alianzas estratégicas entre el Estado y el sector privado, para vender más y mejor. Europa y África podrían incorporarse como clientes con una segmentación de la oferta más compleja. 

 PULGÓN AMARILLO

Melanaphis sacchari/sorghi se ha convertido en un problema del norte de Buenos Aires hacia arriba. En el inicio de floración es donde se han visto los mayores ataques. Tiene capacidad para transmitir un virus, y genera una melada sobre la hoja que atrae un hongo (fumaginas). Claramente las pérdidas de rindes son elevadas. La idea es controlar el sorgo de Alepo, uno de sus hospederos preferidos, y monitorear dos veces por semana. Se puede recurrir al control químico, y hay materiales genéticos que se comportan mejor ante la plaga (le apetecen menos) . 

 IMIDAZOLINONAS 

Esta tecnología suma otra vuelta de tuerca a la situación del cultivo. En general, con el sorgo nacido se achica la paleta de herbicidas disponibles para el control de malezas. Esto cambió a partir del aislamiento de un gen resistente a imidazolinonas, muy importante frente al escape de gramíneas, salvo Eleusine, que en función del tamaño puede llegar a controlarse o no. 

Lo usual para malezas gramíneas es aplicar atrazina + s metolaclor, y hormonales como rescate en postemergencia del cultivo. La alternativa es emplear materiales Igrowth; implica en preemergencia (aplicación conjunta) ir con atrazina + glifosato y con un sorgo de 2 a 4 hojas se recurre a imidazolinonas en post-emergencia temprana. 

Si esta última se complica, se puede hacer todo en preemergencia. Luis Lanfranconi, de la AER INTA Río Primero, provincia de Córdoba, reconoce que las herramientas en sorgo son pocas comparado con otros cultivos. "Considerando las resistencias que se han venido dando en los últimos años, nos quedan los inhibidores de fotosistema II (atrazina, bromoxinil, bentazón), los inhibidores de PPO (flumioxazin, saflufenacil) y los inhibidores de VLCFA con protector (metolaclor, s metolaclor). Los materiales Igrowth, resistentes a imidazolinonas, aportan buen control pre y postemergente, incluso para posicionarse en lotes con malezas complicadas", indica el técnico. 

En el INTA probaron materiales de sorgo con inhibidores de la síntesis de carotenoides; andan bien pero todavía no están disponibles comercialmente. También están detrás de testear pyroxasulfone con protector. Y pensando en la biotecnología, la idea es tratar de incrementar los niveles de la enzima glutatión; permitiría  subir la dosis de herbicidas en suelos más sueltos, en especial ante yuyo colorado. El manejo cuenta: reducir espaciamiento, cuidar densidad y fecha de siembra (FS), la estrategia de fertilización y el uso de cultivares con mayor habilidad competitiva. El riesgo está en los primeros 30 días del cultivo, por el lento crecimiento inicial del sorgo.

  CICLOS Y FECHAS Ariel Melin pertenece a la Chacra Experimental Coronel Suárez, en la provincia de Buenos Aires. "La siembra es el periodo crítico del cultivo. Se necesitan humedad y una temperatura del suelo por encima de 15 ºC, y eso se da generalmente en noviembre en esta zona. La otra temperatura que condiciona es la de panojamiento; se requieren entre 25 y 30 ºC; a partir de ahí el llenado es más lento. Se aconseja recurrir a ciclos cortos e intermedios; son los más estables. Con 30.000-40.000 plantas logradas se construye el rinde". Como antecesores hay buenos resultados con avena-vicia (mulching, N biológico, control de malezas). En cuanto a la profundidad de siembra, es ideal no más de 4-5 cm. Conviene recurrir a semilla con alto PG (más del 80 %) y pureza del 99 %, con tratamientos fungicidas e insecticidas, más el protector que nos cubre de la aplicación de s metolaclor. Para la cosecha, es importante una excersión de la panoja de 10 a 25 cm; nos permite un mayor secado. Las panojas laxas se secan antes que las compactas, fundamental en zonas frías o siembras de segunda y tardías.

 AGUA Y NUTRIENTES 

Para poder crecer, el maíz necesita más agua que el sorgo. Esto es particularmente interesante sabiendo que llega una segunda Niña. Con ese panorama, la discusión es ir por un maíz tardío o apuntar al sorgo, que tolera el calor y las limitantes hídricas. "En la seca de 2011 el sorgo se vio mucho menos afectado que el maíz y rindió más. Logra sostener su producción en ambientes más restrictivos (por debajo de 8.000 kg para maíz)", avisa Gustavo Ferraris, técnico de la EEA INTA Pergamino. Como en toda gramínea, el nitrógeno (N) es el elemento más determinante. El sorgo tiene mayor habilidad que el maíz para asimilar los nutrientes del suelo. Con estrés hídrico (ambientes con una deficiencia por encima de 100. mm), este último pierde capacidad de respuesta en tanto el sorgo muestra una razonable eficiencia en el uso de N. Para este cultivo, Manuel Ferrari propone un umbral de 144 unidades de N entre suelo y fertilizante a la siembra, para alcanzar el 95 % del rendimiento máximo. Asimismo determinó para V6 un valor de Minolta Spad de 43.1 ppm, o 50.3 en V9, pensando en el mismo objetivo. 

Por su parte, Ferraris encontró en Pergamino que para asegurar 9.000 kg/ha en siembras angostas se necesitaron 160 kg de N/ha, suelo más fertilizante. Asimismo, un espaciamiento de 35 cm permitió una ganancia de 700 kg/ha respecto de hileras a 70 cm. El sorgo es bastante sensible a la deficiencia de fósforo (P), lo cual puede tener que ver con su lento crecimiento inicial; los umbrales críticos se ubicarían en 12-14 ppm (necesitamos umbrales más específicos para este cultivo). El agregado de P influye a su vez en la respuesta a N. 

Eso sí, la siembra más atrasada respecto del maíz disminuye las necesidades de fertilización con P. En cualquier caso es importante un aporte de nutrientes localizado por ambientes. El maíz reina en los suelos clase I y II, el sorgo en los clase VI. ¿Qué pasa en los perfiles III y IV? Un maíz tardío es viable, pero si no queremos ir tan atrás con la cosecha el sorgo es una alternativa. También si son suelos clase III o IV por salinidad o hay riesgo hídrico en el otoño. 

En cuanto a los clase VI, en ambientes por arriba de la media la idea es recurrir a sorgos intermedio-cortos con alta densidad, 150-160 kg de N en aplicación dividida, P en mantenimiento, azufre (S) en ambientes sin napa hasta 15 kg, y esperar respuesta al agregado con menos de 1 ppm de zinc. En suelos clase VI por debajo de la media se propone utilizar ciclos intermedio-largos, densidades medias o bajas, 110-130 kg N en aplicación única y P solo como starter. 

Recuerde que el sorgo tiene alta sensibilidad a la presencia de fertilizantes en la línea de siembra y también sus hojas al contacto con el producto. Es mejor ir a aplicaciones tempranas o bien dirigidas. Por último, experiencias diversas demostraron un mayor número de granos por m2 con el agregado de zinc en la semilla. Asimismo, el uso de promotores de crecimiento puede aumentar la productividad, con dosis 20-25% superiores a las que se usan en maíz. Para el sorgo se abre una oportunidad de negocios sumamente interesante, que dependerá de cuanto hagamos para ganarnos un lugar entre las preferencias de los chinos, necesitados del forrajero. En principio este debería ser el objetivo de máxima. 

  

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