Opinion

Oportunidad para sumar reservas: la liquidación del agro podría marcar un récord en julio

En medio de un escenario económico desafiante y con reservas internacionales al límite, el agro vuelve a jugar un papel clave.

Emily Trask
Emily Trask
Redactora

Este julio podría convertirse en uno de los meses con mayor liquidación de divisas del que se tenga registro, incluso pese al regreso de las retenciones para soja y maíz. El dato no es menor: podría significar un respiro vital para el Banco Central y, por qué no, una oportunidad para revertir parte de la tensión cambiaria acumulada.

Las cifras lo confirman. Según la consultora 1816, las Declaraciones Juradas de Venta al Exterior (DJVE) del mes pasado suman más de u$s8.150 millones, mientras que en junio las cerealeras liquidaron apenas u$s3.700 millones. Esa brecha, de u$s4.450 millones, podría ingresar en los próximos días y generar el segundo mayor flujo de divisas desde el histórico septiembre de 2022.

El atractivo para el productor estaba claro: acceder a una alícuota de retenciones reducida hasta el cierre de junio. Quien registró ventas anticipadas, ahora debe concretar la liquidación para cumplir con los plazos y no perder el beneficio. Por eso, este julio promete ser intenso en el mercado de cambios.

Desde otras consultoras, como Portfolio Personal Inversores, coinciden aunque con una proyección algo más conservadora: unos u$s3.550 millones pendientes de liquidar. Aun así, el potencial impacto es significativo. El pasado miércoles, el agro liquidó u$s517 millones, el mayor registro diario desde mayo de 2023.

La ventana de oportunidad es ahora

Con un Banco Central que, según AdCap, cuenta con reservas brutas en torno a los u$s28.000 millones, apenas la mitad de lo que sugiere el FMI como prudente, esta inyección de dólares puede representar más que un alivio coyuntural. Es una oportunidad estratégica para recomponer reservas antes de enfrentar el desafiante tramo agosto-noviembre, cuando la estacionalidad de la oferta disminuye y el escenario internacional luce incierto.

Pero atención: no hay margen para la complacencia. Como señala 1816, incluso con esta "lluvia de dólares", el tipo de cambio sigue mostrando presión. Las cotizaciones minoristas, financieras y paralelas escalaron entre 2% y 2,5% en solo un día. Es decir, la demanda de cobertura cambiaria sigue firme, alimentada por la desconfianza estructural.

Un campo que responde, pero pide previsibilidad

Este movimiento del agro muestra que, cuando existen incentivos concretos, el sector responde con contundencia. Pero también deja al descubierto una fragilidad: la liquidez del Estado sigue dependiendo de ventanas témporo-políticas que no se pueden sostener en el tiempo. El productor necesita reglas claras, previsibilidad tributaria y un mercado de cambios estable. Sin eso, los flujos de divisas seguirán sujetos a "veranitos" fugaces.

El Gobierno enfrenta hoy un dilema: usar este ingreso para apagar incendios o planificar una estrategia de largo plazo que incluya acumulación sostenida, orden fiscal y promoción de exportaciones con valor agregado. Julio podría ofrecer esa posibilidad. Lo importante será no desperdiciarla.