¿Cuánto más pagamos (o menos) los argentinos por los alimentos que comemos todos los días? Esa fue la pregunta que se propusieron responder Marcelo Capello y Nicolás Cámpoli, analistas de la Fundación Mediterránea, quienes compararon el precio de 10 productos básicos en 10 países. El estudio arrojó resultados mixtos, pero con una conclusión clave: Argentina es más cara que sus vecinos, pero más barata que las potencias.
Según el relevamiento, Argentina tiene precios más altos en el 48% de los alimentos analizados, especialmente si se compara con Brasil, México, Chile, Polonia y China, donde los productos son hasta un 80% más baratos. En cambio, cuando la comparación se hace con Estados Unidos, Francia o Corea del Sur, los alimentos argentinos resultan entre un 80% y 100% más económicos.
¿Competitivos o caros? El dilema estructural
El informe advierte que la Argentina enfrenta un escenario complejo: una paridad cambiaria baja, incluso después de la flexibilización del cepo, en un contexto donde la moneda local tiende a apreciarse por la mayor oferta futura de divisas vía exportaciones de energía y minería.
"Una moneda apreciada encarece los costos locales en dólares y, combinado con altos impuestos al comercio exterior, genera precios elevados para algunos productos transables", sostienen los autores.
En el "Grupo 1" del análisis se evaluaron precios relativos de 10 alimentos esenciales. Algunas conclusiones destacadas:
Brasil es más barato en todos los alimentos comparados.
Con Chile y México, Argentina tiene un 60% de productos más caros.
Frente a Polonia y China, el 80% de los alimentos analizados son más caros en Argentina.
En cambio, Estados Unidos, Francia y Corea tienen precios entre 80 y 100% más altos que los locales.
"Se esperaba que la Argentina tuviera precios más bajos por su alta productividad agropecuaria y por los derechos de exportación (DEX) que presionan a la baja los precios internos", explica el estudio. Sin embargo, los impuestos internos y las distorsiones del sistema tributario terminan encareciendo muchos productos.
¿Y los servicios?
Los servicios no transables como telefonía móvil o comidas en restaurantes también fueron evaluados:
Relativamente caros en Argentina: comida en restaurantes, planes de celular.
Relativamente baratos: expensas, preescolar, cuotas de gimnasio, transporte urbano (gracias a subsidios).
presión sobre empresas y rol del Estado
"El país enfrenta una situación intermedia, con presión competitiva alta. Las empresas deberán bajar costos y mejorar productividad si quieren evitar quedar fuera de mercado", concluyen Capello y Cámpoli.
Desde la Fundación señalan que muchos de los costos son exógenos a las decisiones empresariales, y por eso proponen un rol activo del Estado para revisar regulaciones, tributos e infraestructura, que afectan la competitividad de la economía local.