Siete de once países de América Latina experimentaron un aumento de la inflación de alimentos durante enero, pero la Argentina registró tasas mucho más elevadas que en el resto.
De acuerdo con un informe difundido este miércoles por la Fundación Mediterránea, la región pasó de un valor mediano del 0,4% en 2023 al 0,7% mensual.
En la Argentina también se produjo una aceleración, pero con tasas mucho más elevadas: la inflación de enero llegó al 20,4%, casi duplicando la que había sido la tasa media de todo 2023 (11,0%).
El trabajo monitoreó los precios finales de los alimentos enonce países de Latinoamérica: Argentina, Brasil, Chile, Uruguay, Colombia, Perú, México, Costa Rica, Ecuador, Paraguay y Bolivia en los últimos años y en el primer mes de 2024.
Así, surgió que entre 2019 y 2022 se observó una aceleración de la inflación en alimentos en toda Latinoamérica: de una tasa que venía al 0,3% mensual (valor mediano de 10 países) se pasó al 0,6% mensual en 2021 y al 1,0% en 2022.
En la Argentina no sólo se produjo ese fenómeno, sino que además se intensificó, con una inflación que escaló del 3,8%
(2019) al 5,7% mensual (2022).
En 2023, la inflación en la región mostró una franca desaceleración, con una tasa que se ubicó en torno al 0,4% mensual al cierre del año (valor mediano de 10 países); la desaceleración fue un fenómeno generalizado.
Por el contrario, en la Argentina, la inflación se movió en dirección opuesta, pasando del 5,7% mensual del 2022 al 11,0% mensual en 2023.
Para la Fundación Mediterránea, la aceleración inflacionaria de alimentos (y restantes bienes y servicios de la economía
argentina) observada en los últimos meses de 2023 y comienzos de este año se explica por dos factores:
-- La gran emisión monetaria realizada por el Gobierno anterior, en un año eleccionario para financiar gastos públicos que no encontraban fuentes de financiamiento más genuinas (ingresos tributarios, colocación de deuda).
-- El proceso de ajuste de precios relativos, iniciado por el nuevo Gobierno para recomponer un sistema de precios muy
distorsionado (inflación reprimida), que ha incluido entre otras medidas una corrección importante en el tipo de cambio oficial, que es una variable determinante en la formación de los precios internos.