Los sistemas silvopastoriles combinan pasturas, árboles y ganado en una misma unidad productiva, promoviendo interacciones beneficiosas. Pablo Peri, coordinador del Programa Nacional Forestales del INTA, destacó que "una mayor comprensión del efecto de los árboles en estos sistemas permitirá transformar la producción ganadera para optimizar su rendimiento".
Mayor producción y resistencia a la sequía
El estudio abarcó regiones con precipitaciones anuales entre 427 y 2031 mm, y temperaturas medias de 5,9 a 22,5 °C. Los resultados demostraron que los árboles favorecen el crecimiento del forraje, incluso en condiciones de escasez hídrica. Además, en sitios húmedos, la producción forrajera en sistemas silvopastoriles superó a la de pasturas sin árboles, tanto en años normales como en períodos secos.
Beneficios productivos y ambientales
En los últimos 30 años, la implementación de estos sistemas ha cobrado relevancia en Argentina, especialmente en bosques nativos de la Patagonia y el Chaco, así como en plantaciones forestales. Entre sus principales beneficios se encuentran:
Incremento de la productividad forrajera y su valor proteico.
Reducción del estrés calórico del ganado gracias a la sombra de los árboles.
Protección contra vientos fuertes y bajas temperaturas, especialmente en épocas de parición en la Patagonia.
Disminución del riesgo de incendios mediante el pastoreo controlado.
Mitigación del impacto de heladas y sequías prolongadas.
Mejora de la calidad del suelo y reducción de la erosión.
Fomento de una mayor biodiversidad al generar hábitats para diversas especies.
Estos hallazgos refuerzan la importancia de adoptar prácticas sostenibles en la producción ganadera, asegurando sistemas más eficientes y adaptados a los desafíos climáticos actuales y futuros.