Las recientes lluvias generalizadas en Argentina han mejorado notablemente la condición de los cultivos de soja y maíz, impulsando expectativas de una buena cosecha, según el último informe de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires. Sin embargo, el sector agropecuario sigue con atención la situación del girasol, cuya cosecha avanza con demoras significativas debido a los excesos hídricos registrados en varias regiones productivas.
El alivio hídrico fue clave para revertir el estrés térmico en amplias zonas productivas, con un aumento del 9% en la condición "óptima/adecuada" de la soja y mejoras en los lotes tardíos de maíz. Sin embargo, en el NEA y el norte de Santa Fe persiste el déficit de lluvias, lo que limita el potencial productivo.
Mientras tanto, el Gobierno nacional sigue de cerca la evolución del campo argentino, dado que la cosecha gruesa es crucial para la entrada de divisas en un contexto de reservas en rojo en el Banco Central.
Soja: buenas perspectivas, pero con problemas en el norte
La proyección de producción de soja se mantiene en 49,6 millones de toneladas, reflejando una recuperación respecto a las últimas campañas afectadas por la sequía.
En la región central, la mayoría de los lotes ingresaron a la fase de llenado de grano con óptimos niveles de humedad. Sin embargo, en el Chaco y el norte de Santa Fe, la combinación de estrés hídrico y temperaturas elevadas podría reducir los rendimientos potenciales.
Por otro lado, más del 50% de la soja de segunda se encuentra en su período crítico bajo condiciones ideales de humedad, lo que podría compensar las pérdidas iniciales generadas por golpes de calor y sequía en las etapas tempranas del ciclo.
Maíz: las lluvias impulsan los cultivos tardíos, pero la cosecha avanza lenta
La cosecha de maíz con destino a grano avanzó solo un 1,3% en la última semana, alcanzando el 6,7% del área estimada. Pese a la lentitud en las labores, los rindes promedian los 80,1 quintales por hectárea y superan el desempeño del ciclo pasado.
Las lluvias recientes beneficiaron a los maíces tardíos, con un incremento del 5,7% en su estado general. En Córdoba, las precipitaciones llegaron en un momento clave para el llenado de grano, aunque en algunas zonas las altas temperaturas previas afectaron la formación de espigas.
En el oeste y centro de Buenos Aires, los excesos hídricos han complicado la logística de cosecha, demorando el ingreso de las máquinas a los lotes. Aun así, la producción total de maíz se mantiene proyectada en 49 millones de toneladas.
Girasol: rendimientos históricos, pero una cosecha que no avanza
A pesar de que el girasol muestra rendimientos superiores al promedio histórico, su cosecha avanza a paso lento. Hasta el momento, se ha recolectado el 17,6% del área apta, lo que representa una demora de casi 22 puntos en comparación con el promedio de los últimos cinco años.
Las regiones del centro del área agrícola han registrado rindes excepcionales, con lotes que podrían marcar un récord en la serie histórica de la Bolsa de Cereales. En el sur del área girasolera, las lluvias llegaron en un momento oportuno para el llenado de grano, elevando las expectativas de producción.
Sin embargo, los excesos de humedad en el centro y oeste de Buenos Aires han generado problemas de secado, aumentando el riesgo de vuelco de plantas y la incidencia de enfermedades fúngicas como Phomopsis.
El informe de la Bolsa de Cereales advierte que las precipitaciones seguirán en los próximos días, lo que podría prolongar los problemas logísticos y afectar la calidad del grano. A pesar de estos desafíos, la proyección de producción nacional se mantiene en 4,1 millones de toneladas, con la posibilidad de revisiones al alza si la cosecha en el sur logra concretarse en tiempo y forma.
Un febrero récord en lluvias cambia el panorama del agro argentino
Las precipitaciones registradas en febrero casi duplicaron la media histórica en la región núcleo, con un promedio de 222 mm frente a los valores normales de entre 100 y 140 mm. Localidades como Bigand acumularon hasta 398 mm, convirtiéndolo en el segundo febrero más lluvioso de los últimos 19 años.
Este cambio climático repentino revirtió el déficit hídrico en el centro del país, transformando un escenario de sequía extrema en uno de saturación en apenas un mes. En la actualidad, la región núcleo no requiere más lluvias en los próximos quince días, aunque el pronóstico indica la llegada de un nuevo frente frío con acumulados significativos a partir del viernes.
Las lluvias recientes han sido clave para mejorar las perspectivas de los principales cultivos de Argentina, pero también han traído nuevos desafíos. Si bien el maíz y la soja avanzan con proyecciones firmes, la cosecha de girasol enfrenta complicaciones por los excesos hídricos, y el sector productivo sigue atento a la evolución climática en las próximas semanas.
El ciclo húmedo que domina el inicio del 2025 plantea un doble desafío: consolidar los beneficios de las lluvias para los cultivos en desarrollo y evitar impactos negativos en las zonas donde el exceso de agua ya comienza a generar problemas.