Clima en el agro: Heladas en Argentina y ola de calor en EE.UU. marcan la agenda del campo
La simultaneidad de eventos climáticos severos en el Cono Sur y Estados Unidos impone nuevas alertas sobre la producción y el mercado global de granos.
Durante la semana del 16 al 23 de julio, el escenario climático internacional se presenta desafiante para el agro. En Argentina, una masa de aire polar marítima domina gran parte del territorio agrícola, provocando temperaturas por debajo de lo normal y heladas de variada intensidad. Esta situación alcanza su mayor expresión en las zonas cordilleranas y serranas del NOA y Cuyo, donde se registran mínimas inferiores a 0°C, incluso con focos de hasta -5°C.
Las heladas generalizadas se extienden por el oeste del área agrícola, mientras que el centro del país, el norte de la Patagonia y el centro-sur de Uruguay enfrentan heladas localizadas, lo que obliga a extremar precauciones en cultivos invernales, verdeos y pasturas.
Al cierre del periodo, una irrupción de vientos del Trópico comienza a avanzar desde el norte, generando un ascenso térmico y estableciendo condiciones para precipitaciones de frente caliente.
Este cambio se traduce en temperaturas máximas superiores a 20°C en sectores del NEA, el Chaco y la Mesopotamia, mientras que el centro del país retorna a valores normales y sólo el sur y el oeste permanecen fríos. Las precipitaciones previstas se concentran en el este de Salta, Misiones, Corrientes, el norte de Santa Fe y el Chaco, con acumulados entre 10 y 50 mm, alcanzando picos superiores en el sur de Misiones. En paralelo, la Cordillera Central y Sur presenta tormentas y nevadas significativas, que podrían extenderse hasta el sudoeste bonaerense y el oeste cuyano.
En Estados Unidos, la circulación tropical cálida y húmeda sigue imponiéndose en el centro y sur del área agrícola. Si bien se observan lluvias abundantes en zonas puntuales del centro del área triguera y el sudeste del Cinturón Maicero, la mayoría del territorio presenta registros deficitarios o muy irregulares. Hacia fines de la semana, una breve entrada de aire fresco logrará estabilizar el extremo norte, pero no avanzará lo suficiente como para modificar sustancialmente el patrón cálido. Inmediatamente después, se reactiva el ingreso de vientos tropicales, generando un nuevo ciclo de temperaturas extremas. Se esperan máximas superiores a 35°C en las Llanuras del Sur, el Bajo Mississippi y el Delta, con riesgo moderado de calor extremo entre el 28 y 30 de julio.
Esta combinación de estrés térmico y lluvias erráticas representa un riesgo agronómico para cultivos estratégicos como el maíz y la soja, y pone presión sobre la oferta global. La situación en EE.UU. es seguida con atención por los operadores del mercado, ya que podría derivar en ajustes alcistas en los precios internacionales de los granos.
Para Argentina, esto implica una oportunidad comercial, pero también la necesidad de evaluar con precisión la capacidad productiva interna, condicionada por la falta de agua en algunas zonas y la vulnerabilidad frente a las heladas. En este contexto, el uso de herramientas de cobertura en el mercado de futuros, la implementación de buenas prácticas agrícolas (BPA) y la adopción de tecnología de monitoreo climático resultan esenciales para minimizar riesgos y proteger la rentabilidad del productor.