Cambio climatico

Matcha en riesgo: el cambio climático amenaza al té verde japonés más famoso del mundo

El auge global del matcha enfrenta su mayor desafío: olas de calor, escasez de productores y precios en alza ponen en jaque la sostenibilidad del té verde japonés más valorado.

De bebida ceremonial a fenómeno de redes sociales, el matcha ha pasado de ser una tradición ancestral japonesa a un símbolo global de bienestar y estilo de vida saludable. Pero detrás del intenso color verde y su halo de sofisticación, crece una preocupación que amenaza con alterar las cadenas de valor agroalimentarias globales: la combinación entre cambio climático, presión de la demanda y falta de relevo generacional en el campo japonés.

En regiones icónicas como Uji, cuna del mejor tencha -la hoja base del matcha-, las olas de calor extremo han reducido la productividad de los arbustos de té. A esto se suma el envejecimiento de la población rural, que deja cada vez menos manos para mantener los cuidados manuales que exige el cultivo. «Estamos viendo una caída de la calidad y una escasez de productores», explica Álvaro Domínguez, director de Namu Matcha, quien advierte que "la planta necesita descanso; cosecharla sin pausas compromete su sabor y textura".

Matcha en riesgo: el cambio climático amenaza al té verde japonés más famoso del mundo

El resultado es un mercado tensionado: la producción no crece al ritmo del consumo. Los precios han subido hasta un 30 % en el último año, y muchos productores priorizan la exportación, restringiendo la oferta para el consumo interno japonés. «La demanda seguirá subiendo, pero la producción no puede acompañar. En dos o tres años podríamos enfrentar una crisis de disponibilidad», anticipa Domínguez.

Los datos oficiales confirman la tendencia. Entre 2010 y 2023, la producción japonesa de matcha se triplicó, y solo en el último año las exportaciones de té verde crecieron un 25 %, alcanzando 36.400 millones de yenes. Sin embargo, el mercado global exige más de lo que Japón puede ofrecer. Y no hay soluciones rápidas: un nuevo arbusto tarda entre tres y cinco años en producir hojas de calidad.

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La situación ha generado un efecto colateral preocupante: la proliferación de productos adulterados. A medida que los precios suben, algunas empresas aprovechan el auge para vender mezclas con menor calidad o falsificaciones. «Hay matcha que ni siquiera proviene de Japón. Son versiones diluidas que engañan al consumidor y erosionan la reputación del producto auténtico», señala Domínguez.

El proceso artesanal que define al matcha es, precisamente, lo que lo hace tan difícil de escalar. Las hojas de tencha se cultivan a la sombra durante tres o cuatro semanas, reduciendo la fotosíntesis y concentrando clorofila y aminoácidos que le otorgan su sabor umami característico. Luego se cuecen al vapor y se muelen en molinos de piedra, en un trabajo meticuloso que produce apenas 50 gramos por hora. Es un proceso lento y preciso, imposible de replicar con métodos industriales masivos.

@matchaonomu matcha einspanner using @nami matcha %u2018s kana matcha %u2B50%uFE0F Ingredients: %uD83E%uDD5B 100g milk %uD83C%uDF75 6g matcha %uD83D%uDCA7 60g hot water (80C) %uD83C%uDF66 60g heavy whipping cream %uD83C%uDF6C 20g simple syrup (adjust to taste) Instructions: 1. Add milk to a 12oz glass and set aside. 2. Sift 3.5g of matcha into a bowl, add 45g of hot water, and whisk until frothy. 3. Fill the glass with ice, then pour in the whisked matcha. Set aside. 4. In another bowl, froth heavy cream with 10g of simple syrup until thick. Add 3/4 of it to the glass. Set the rest aside. 5. In a small pourer, froth together 3g of matcha, 15g of hot water, and 10g of simple syrup until smooth. Drizzle it over the cream layer and along the sides of the glass. 6. Top with the remaining cream, then dust with more matcha. Enjoy! #matcha #matchlatte #matcharecipe #fyp %u266C So Easy (To Fall In Love) - Olivia Dean

Esta producción limitada contrasta con su éxito comercial. En apenas una década, el matcha pasó de ser una bebida de nicho a una tendencia mundial. Su expansión comenzó en Estados Unidos, impulsada por el auge del bienestar y las redes sociales, y hoy domina los menús de Starbucks, Krispy Kreme y cientos de cafeterías boutique. En plataformas como TikTok, el hashtag #MatchaTok acumula decenas de millones de visualizaciones, reflejando su transformación en ícono estético, saludable y cultural.

La combinación de cafeína natural y L-teanina, que ofrece energía sostenida sin los picos del café, ha consolidado al matcha como bebida predilecta entre deportistas, influencers y consumidores conscientes. Pero esta popularidad, paradójicamente, podría sellar su fragilidad.

Japón enfrenta hoy un dilema: satisfacer el boom global sin sacrificar los estándares que hicieron del matcha un símbolo de excelencia. Los organismos multilaterales como la FAO y la OCDE ya advierten que cultivos especializados en países desarrollados y con baja reposición generacional están entre los más expuestos a los efectos del cambio climático y la pérdida de biodiversidad.

Para los expertos, el futuro dependerá de invertir en innovación agrícola, diversificar zonas de cultivo y proteger el conocimiento tradicional. Sin estas medidas, el matcha podría convertirse en un caso emblemático de cómo el éxito comercial y el cambio climático pueden amenazar un patrimonio agrícola milenario.

Mientras tanto, el mundo sigue batiendo su té verde en millones de tazones, sin saber que detrás de cada espuma perfecta se esconde una planta agotada y un productor en riesgo.

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