Mercados agrícolas: el dólar fuerte limita los granos, EE.UU. inicia la cosecha de soja, Brasil proyecta récord y Argentina acelera la siembra de maíz
El dólar se fortaleció tras la baja de tasas en EE.UU. y frena a los commodities. Argentina avanza con la siembra de maíz y el mundo sigue atento a la soja y al trigo.
La semana comenzó con un movimiento esperado en el plano financiero: la Reserva Federal de Estados Unidos decidió una baja de tasas de interés. Sin embargo, la reacción no fue la habitual. En vez de debilitarse, el dólar se fortaleció, lo que puso un límite al impulso alcista que suelen tener los commodities agrícolas en este tipo de escenarios.
"El mercado ya había descontado la baja de tasas, pero lo que pesó fue el tono prudente de Jerome Powell, que dejó en claro que no habrá recortes agresivos en el corto plazo. Esa fortaleza del dólar pone un techo a los precios de los granos", explicó Dante Romano, profesor e investigador del Centro de Agronegocios y Alimentos de la Universidad Austral.
En este marco, el mercado de la soja concentra la atención. La cosecha de Estados Unidos ya comenzó, pero el clima cálido y seco desde agosto afectó el desarrollo de vainas y genera dudas sobre si se alcanzarán los rindes proyectados por el USDA. La situación se complejiza con la ausencia de China en las compras de poroto norteamericano, cuando normalmente debería ser el principal demandante en esta etapa del año. La posibilidad de que el USDA ajuste sus estimaciones en su próximo informe agrega volatilidad.
Por otro lado, Brasil se encamina a un nuevo récord de producción de soja. La CONAB proyecta 177,7 millones de toneladas para la campaña 2025/26, con un aumento de más del 3% en el área sembrada. Este escenario de abundancia puede ejercer presión adicional sobre las cotizaciones internacionales, en un mercado donde el balance global de oferta y demanda está muy ajustado a las decisiones de los grandes jugadores.
En el caso del maíz, Estados Unidos avanza con la cosecha, aunque a un ritmo algo más lento de lo esperado. Las exportaciones semanales se mantienen firmes, con un acumulado histórico que confirma el interés internacional en los precios actuales. Los fondos especulativos redujeron su posición vendida en Chicago, lo que deja espacio para nuevas compras técnicas que podrían sostener los valores en el corto plazo.
En Argentina, el panorama es positivo. La siembra de maíz avanza con una de las velocidades más rápidas registradas en los últimos años, superando ya el 6% del área prevista. El objetivo de los productores es anticiparse a las lluvias y aprovechar la buena humedad disponible. Las proyecciones marcan un aumento de más del 10% en la superficie sembrada, aunque persiste la incógnita sobre los excesos hídricos en zonas bajas del centro-norte bonaerense. El desafío será comprobar si la mayor disponibilidad de agua en lotes no anegados compensa la pérdida de superficie en áreas complicadas.
El trigo enfrenta un panorama distinto. A nivel internacional, el Consejo Internacional de Cereales (IGC) elevó su proyección de producción global, lo que genera una presión bajista. No obstante, factores como el aumento del arancel ruso y la firmeza de las exportaciones de Estados Unidos ofrecen cierto soporte. En Argentina, las lluvias recientes deterioraron la condición de los cultivos, en especial en la provincia de Buenos Aires, aunque se espera una oferta temprana de trigo del norte.
En el plano comercial, muchos productores locales se vieron obligados a vender trigo viejo a destinos menos rentables que Brasil, resignando márgenes en un contexto de sobreoferta mundial. Con una producción proyectada en 20 millones de toneladas, la nueva campaña enfrenta el riesgo de repetir la misma dinámica: abundancia de grano, presión sobre los precios y dificultades para colocar excedentes en los mercados de mayor valor.
El dólar fuerte se consolida como el factor determinante en la evolución de los mercados agrícolas. Aunque las decisiones de política monetaria de la Reserva Federal suelen generar movimientos en las materias primas, en esta ocasión la reacción fue distinta: la divisa estadounidense mantiene su solidez y actúa como freno para el impulso de los precios internacionales.
Para Argentina, la clave será capitalizar el buen inicio de la campaña de maíz, mientras se monitorean con atención las señales del mercado de la soja y las tensiones del trigo. En un mundo con abundante oferta en Sudamérica y con la demanda china moviéndose de manera errática, el desafío será encontrar el equilibrio entre competitividad externa, condiciones climáticas locales y estabilidad macroeconómica.
El mapa agrícola global 2025 muestra un escenario de volatilidad creciente, donde cada decisión de la Fed, cada reporte del USDA y cada movimiento de China en el mercado generan impactos inmediatos. En este contexto, la región latinoamericana y en particular Argentina tienen una oportunidad: reforzar su presencia en el mercado global con volumen, calidad y previsibilidad.