Nota Tecnica

Características nutricionales de los verdeos de invierno

Durante el otoño y principios del invierno, los verdeos de invierno (VI), tienen ciertas características químicas que pueden resultar en limitaciones al consumo de nutrientes y/o la eficiencia de uso de los mismos, por parte de los animales

 Entre los primeros se encuentra el bajo contenido de materia seca (MS), que puede limitar la ingesta por un exceso de agua. Entre los segundos se puede mencionar un alto porcentaje de proteína soluble, altamente degradable en rumen, que causa pérdidas de nitrógeno (N) si el porcentaje de MS es bajo y no hay suficiente consumo de carbohidratos solubles en agua (CSA). La suplementación energética, para balancear la energía con la proteína debe considerar varios aspectos para mejorar la ganancia de peso, destacándose la calidad del recurso base y el ajuste de la carga animal. 


A lo largo del período de crecimiento de los VI su calidad nutricional cambia. El porcentaje de MS se incrementa al igual que el contenido de pared celular o fibra detergente neutro (FDN) que está más relacionado al consumo del forraje y fibra detergente ácido (FDA) más conectado con la digestibilidad del pasto, mientras que el porcentaje de proteína bruta (PB) disminuye y los CSA pueden resultar indiferentes al avance del invierno, por lo menos hasta que la planta pasa al estado reproductivo. Esto se refleja en la menor o nula ganancia de peso vivo individual al inicio de los pastoreos de otoño y su aumento una vez que comienza el período frío, con las primeras heladas.

Los cultivos de invierno más usados como verdeos en la región templada húmeda de Argentina son la avena (Avena sativa L.) y el raigrás anual (Lolium multiflorum Lam.) debido a que presentan alta productividad y adecuada calidad forrajera. En la avena las características para su uso son: mayor velocidad y facilidad de implantación, alta producción al primer corte, más contenido de materia seca en los primeros usos, mejor adaptación a la sequía y alta tasa de crecimiento al final de su ciclo. En el raigrás lo distintivo son: mayor tasa de crecimiento invernal, alto porcentaje de proteína bruta, mejor relación carbohidratos solubles en agua/ proteína soluble (CSA/PS), mayor resistencia a enfermedades y a insectos, elevada adaptación al pastoreo intenso y alta capacidad de resiembra.

La calidad nutricional del raigrás anual cambia según el manejo de la fertilización. La fertilización nitrogenada incrementa el contenido N y disminuye el de CSA. La fertilización combinada con fósforo y N permite incrementar la acumulación de forraje, sin alterar sustancialmente indicadores del valor nutritivo del forraje y uno de los desafíos agronómicos actuales es comprender y mejorar la eficiencia del uso del N, por medio de la reducción de su pérdida hacia la hidrósfera y la atmósfera y de su entrega en forma sincronizada con la demanda de los cultivos y la mayor eficiencia en el uso del agua del suelo, lo que no necesariamente implica el uso de las actuales especies. A nivel de producción animal, la fertilización con N en raigrás anual no afecta la ganancia de peso de novillos en el primer pastoreo, ya que esta práctica no altera significativamente la relación entre PS/CSA.

Durante el día el contenido de MS y el de los CSA de los VI tienen variaciones, son elevados por la tarde y alcanzan un máximo al atardecer, cuando también disminuye la PB y en ciertos casos en forma proporcional la pared celular (FDN), mientras que no se modificaría el contenido de FDA. Estos cambios en la composición del forraje pueden ser utilizados para implementar momentos de utilización de los VI, cuando estos acumulan más MS y CSA, producto de la fotosíntesis diurna. De esta manera, el pastoreo por la tarde de un VI resulta en un incremento en la ingesta de MS y como consecuencia más de producción de leche y de proteína por animal y por día. A su vez, en producción de carne se midió, en dos temporadas, una mayor ganancia de peso en vaquillonas británicas con pastoreo vespertino con respecto a pastoreo matutino. También en recría de vaquillonas para reposición, el pastoreo vespertino de los VI incrementó significativamente la ganancia de peso vivo y con ello el peso total y una diferencia a favor en la condición corporal. Estas diferencias son más importantes al inicio de los pastoreos porque en otoño las deficiencias de MS y la menor relación CSA/PB son aún mayores y comprometen la producción animal, por lo que el uso estratégico de los VI durante la tarde son de mayor cuantía.

Las diferencias entre las especies más importantes de los VI, avena y raigrás anual, en pleno invierno en las variables consideradas en este informe son en general favorables este último. Tiene más PS, digestibilidad de la MS y de FDN, aunque en esta estación climática puede no detectarse diferencias en los CSA. En pleno invierno, el consumo de raigrás es elevado y a fines de julio y principios de agosto se han determinado valores de energía de entre 2,6 y 2,9 Mcal EM.kg MS-1. Como consecuencia de estas variables se determina mayor producción en animales más sensibles a estos cambios, como son las vacas lecheras, generando mayor producción de leche y de grasa butirosa.