EE.UU

La enmienda constitucional 25, la norma que muchos miran en EEUU si Trump empeora

Por fuera del propio presidente Donald Trump, la única otra persona que puede activar la enmienda 25 es el vicepresidente Pence, que esta noche ganará la atención de todo el país en el primer y único debate de vicepresidentes con su rival demócrata, la senadora demócrata Kamala Harris.

En la última semana, un sinfín de análisis, interpretaciones y hasta pedidos expresos de aplicar la enmienda constitucional que define cómo y cuándo un presidente entrega el mando de manera anticipada o temporal, inundaron la campaña electoral de Estados Unidos y pusieron en el centro de la discusión al vicepresidente Mike Pence.

Por fuera del propio presidente Donald Trump, la única otra persona que puede activar la enmienda 25 es el vicepresidente Pence, que esta noche ganará la atención de todo el país en el primer y único debate de vicepresidentes con su rival demócrata, la senadora demócrata Kamala Harris.

Según el artículo cuatro de la enmienda, cuando el vicepresidente y una mayoría de los principales funcionarios del Poder Ejecutivo o de otro cuerpo como el Congreso transmiten al presidente pro tempore del Senado y al presidente de la Cámara de Representantes una declaración escrita que establece que el presidente no está en condiciones de ejercer sus poderes y ocupar su cargo, "el vicepresidente asumirá de inmediato los poderes y las obligaciones del cargo como presidente interino".

A diferencia del artículo tres de la enmienda, que habilita al propio presidente a entregar provisoriamente el poder a su vice -por ejemplo, en caso de tener que ser operado con anestesia total como le sucedió a Ronald Reagan durante unas horas en 1985- nunca un vicepresidente activó el artículo cuatro para asumir la Presidencia de manera interina.

En los últimos días se especuló mucho en la prensa y las redes sociales sobre los efectos de los medicamentos que el equipo de profesionales administró a Trump desde su internación por Covid-19, el viernes pasado, y sobre su capacidad de participar en el próximo debate presidencial del jueves 15, ya que, según sus propios doctores, en ese momento podría estar cursando los últimos días de la enfermedad y no está claro si podrá contagiar.

Sin embargo, para Joel Goldstein, autor del libro La Vicepresidencia moderna de Estados Unidos: La transformación de una institución política (The Modern American Vice Presidency: The Transformation of a Political Institution), la posibilidad, hoy real, de que Trump no pueda participar en el próximo debate no es argumento suficiente para sostener la activación de la enmienda 25.

"El hecho que un presidente no pueda hacer algunas cosas, no significa que tenga que entregar el poder para gobernar. En definitiva, siempre se trata de una decisión política", explicó el académico.

Goldstein agregó que una eventual ausencia en el próximo debate simplemente puede resolverse "con una negociación entre la comisión organizadora de debates y las dos campañas".

Si las tres partes llegan a un acuerdo sobre una nueva modalidad o un reemplazo para Trump, se aplica y no hay un conflicto institucional, explicó.

En los últimos cuatro años, Pence ha demostrado ser un vicepresidente leal y, principalmente, uno que acepta el lugar y el rol que le habilitaron, sin cuestionar ni generar polémicas, como si sucedió con otros miembros del gabinete que terminaron rompiendo con Trump y abandonando el Gobierno.

Nada indica por ahora que, en este crucial último tramo de la campaña de reelección, Pence vaya a sorprender y desafiar abiertamente a un presidente que ya ha dejado claro que no quiere renunciar ni a un día de campaña ni a un minuto de protagonismo.

Fuente: Telam