Política y Economía

Semana clave para definir asistencia por emergencia agropecuaria

Mientras el Gobierno busca actualizar el Fondo de Emergencia Agropecuaria, se esperan precipitaciones en gran parte de la región centro del país.

 La sequía ya generó daños irreversibles en la campaña agrícola pero aún amenaza con provocar mayores pérdidas, que impactarán no sólo en la economía nacional sino también en la de los miles de productores que intentarán cerrar el ciclo productivo de la mejor manera posible con las herramientas que tengan a su alcance.

Mientras tanto, el Gobierno buscará activar los mecanismos de asistencia al sector productivo, no sólo el agrícola sino también para cada una de las actividades que sufrieron la falta de agua y las altas temperaturas. Es por eso que durante el fin de semana, el ministro de Agricultura, Julián Domínguez, recorrió campos de Entre Ríos y Santa Fe para dimensionar el daño que -hasta ahora- provocó la sequía. También se reunió con los ministros de las áreas productivas de ambas provincias y los gobernadores, Gustavo Bordet y Omar Perotti. Junto a ellos evaluó la posibilidad de comenzar a ejecutar mecanismos de asistencia a los productores afectados.

Uno de los temas que se trabajará esta semana es la actualización del Fondo de la Emergencia Agropecuaria, que se estableció por ley en 2009 y contempla la disponibilidad de tan sólo $500 millones. Si bien hay proyectos para ampliarlo, es probable que esa definición surja desde el Gabinete Económico.

Por ahora, la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) estimó pérdidas de 8 millones de toneladas de maíz y 5 millones de toneladas de soja, si se toma como referencia la proyección inicial de cosecha para esta campaña.

Emilce Terré, jefa del Departamento de Estudios Económicos de la BCR, destacó la difícil situación que atraviesa la campaña agrícola y confirmó que el ejercicio económico para el productor va a ser muy angustiante. Según la especialista, "se habla de los precios altos en Chicago y quizá queda una sensación de un buen año desde lo financiero pero hay muchas complicaciones tras el aumento del los costos y el impacto del recurrente año Niña, que generó daños muy severos en zonas agrícolas".

En cuanto a los productores, un informe de la entidad precisó que hasta ahora habrían sufrido pérdidas en ingresos netos por 2.930 millones de dólares debido al impacto de la seca en sus cultivos.

Terre destacó que "en el caso de la soja, vemos que en campos alquilados de cultivo de primera la ecuación da números negativos, es decir que los costos no se podrán cubrir con los ingresos estimados. Todo esto en zona núcleo, pero si nos alejamos de los puertos la situación es aún más compleja".

El sector y el mercado ya asumieron que hay parte del rinde que ya no se va a recuperar más allá de las lluvias. De hecho, hay productores que comenzaron a picar el maíz, es decir que ya no lo cosecharían.

Federico Larrosa, gerente nacional de producto de KWS Argentina explicó que si bien realizaron recomendaciones agronómicas, "la niña castigó muy fuerte la siembra temprana de maíz tanto en su definición -porque vamos a perder hectáreas porque muchos prefieren cambiar de cultivo- como en su ejecución, con un atraso de 15 días en la siembra, con lo cual comenzar en una fecha no optima implica un impacto en los rendimientos.

Ahora habrá que esperar la siembra tardía, porque la temprana lucha por cada gota de agua. Según Larrosa, "cuando los cultivos de maíz deberían usar el agua para crecer, la están usando para no prenderse fuego. Es una explicación muy burda pero estamos quemando agua que no es productiva. Es un buen año para recordar que cuando se habla de ganancias extraordinarias, es porque también hay pérdidas extraordinarias, por eso hablamos de períodos de análisis de largo plazo".

Expectativa

Un dato agronómico muy importante para tener en cuenta es que la Niña podría tener excesos hídricos cuando comience el otoño y quizá haya quienes se vean obligados a cosechar con excesos hídricos.

Ahora la expectativa esta puesta en las lluvias que podrían frenar el deterioro de la campaña agrícola gracias a las siembras tardías. Sin embargo, este es sólo el punto de partida, porque se necesitan varios milímetros durante todo enero y una continuidad de lluvias en febrero para al menos elevar el piso de producción ya que los umbrales comenzaron a caerse hace varias semanas.