EEUU

El único que sobrevivió: el laboratorio agrícola que sigue en pie tras el desmantelamiento de EE.UU.

Una decisión política dejó a 16 centros de investigación sin fondos. Solo un laboratorio sigue funcionando, y su trabajo podría ser clave para enfrentar las futuras crisis alimentarias.

Estados Unidos desmanteló 16 de sus 17 laboratorios agrícolas del programa Feed the Future, que formaban parte de una red global de investigación financiada por la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID). La decisión fue tomada durante la administración Trump, afectando proyectos clave en ciencia agropecuaria. Pero uno sobrevivió.

El Climate Resilient Cereals Innovation Lab, perteneciente a Kansas State University (K-State), fue el único que recibió la aprobación para continuar con sus investigaciones, tras meses de incertidumbre. Así lo confirmó Timothy J. Dalton, profesor de economía agrícola y director interino del centro.

El otro laboratorio de la universidad, orientado a investigación en intensificación agrícola sostenible, fue cerrado a pesar de contar con un acuerdo cooperativo de 50 millones de dólares. En cambio, el laboratorio de cereales sigue adelante con un fondo proyectado de 22 millones de dólares en cinco años, otorgado en tramos anuales.

"Estamos en nuestro segundo año. Veremos qué sucede cuando termine el actual año fiscal", señaló Dalton, aunque celebró poder continuar una tarea que involucra asociaciones con universidades estadounidenses y sistemas de investigación agrícola en Senegal, Etiopía y Bangladesh.

Dalton hizo una analogía elocuente: "Entrenamos a nuestro ejército para enfrentar conflictos en el extranjero y evitar que lleguen a casa. Lo mismo hacemos con los desafíos alimentarios". La lógica es clara: investigar enfermedades y plagas de cultivos en otras regiones prepara a los agricultores estadounidenses ante futuras amenazas.

Por ejemplo, investigaciones realizadas en África en los años 80 para combatir el pulgón de la caña de azúcar ayudaron más tarde a contener el pulgón verde en EE.UU.

"Eliminar el trabajo colaborativo internacional significa dejar a los productores desprotegidos frente a los desafíos que inevitablemente enfrentarán", advirtió Dalton, quien también cuestionó la falta de visión a largo plazo. Recordó que muchos proyectos agrícolas requieren décadas para mostrar resultados, como los desarrollos exitosos en Etiopía que comenzaron hace 50 años.

El laboratorio que sigue en funciones se enfoca en sorgo, mijo, trigo y arroz. En Senegal, se estudian trigos y sorgos expuestos a sequías extremas y calor constante, condiciones similares a las que enfrentan los productores de Kansas. En Bangladesh, la investigación genética sobre el arroz busca resistencia contra la piricularia, una enfermedad fúngica devastadora para este cultivo.

Dalton destacó la importancia de profundizar en el sorgo, un cereal con menor cantidad de estudios científicos que otros granos. Más del 50% del sorgo estadounidense se produce en Kansas, lo que refuerza la relevancia regional y estratégica de esta línea de investigación.

El senador Jerry Moran fue clave para recuperar parte del financiamiento, con apoyo del Secretario de Estado Marco Rubio. "El laboratorio de innovación de K-State fortalece la agricultura estadounidense desarrollando cultivos resistentes a la sequía y las enfermedades", expresó Moran.

Agrolatam.com