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Reino Unido y EE. UU.: ¿Está a punto de entrar en vigor un acuerdo clave sobre aranceles agrícolas y automotrices?

El Reino Unido ya tiene lista su parte legal para implementar el nuevo acuerdo arancelario con EE. UU., que abriría su mercado a carne vacuna y etanol estadounidenses. Desde Washington, se espera una proclamación oficial "en días".

El gobierno británico confirmó esta semana que está listo para implementar su parte del acuerdo bilateral de reducción de aranceles con Estados Unidos, un paso esperado desde hace meses por sectores estratégicos como el agrícola, el automotriz y el siderúrgico. El anuncio fue hecho por el ministro de Comercio británico, Jonathan Reynolds, quien aseguró que su equipo ya tiene preparado el instrumento legal que permitirá ejecutar los cambios arancelarios tan pronto como la administración estadounidense emita su proclamación oficial.

"Emitiré el instrumento legal apenas EE. UU. emita su proclamación", afirmó Reynolds ante el Parlamento. "Estamos preparados para actuar la próxima semana".

El acuerdo establece que el Reino Unido eliminará los aranceles de importación para hasta 13.000 toneladas métricas de carne vacuna estadounidense y 1.400 millones de litros de etanol, productos clave para la agroindustria estadounidense. A cambio, Estados Unidos reducirá su arancel automotriz del 27,5% al 10% para hasta 100.000 vehículos británicos al año, y flexibilizará las cuotas para la importación de acero y aluminio del Reino Unido.

Un paso estratégico para la agricultura de EE. UU.

Este acuerdo representa un avance significativo para los exportadores agrícolas de EE. UU., particularmente en un contexto de precios volátiles y competencia global. La carne vacuna y el etanol, productos con alto valor agregado, han enfrentado históricamente barreras arancelarias en Europa, y esta apertura puede marcar un punto de inflexión.

Organizaciones como la American Farm Bureau Federation y la National Cattlemen's Beef Association han celebrado el acuerdo como una victoria para el sector, resaltando que ampliará el acceso a un mercado con alto poder adquisitivo y con consumidores que demandan productos premium.

En un entorno donde los precios de los productos básicos (commodity prices) están sujetos a incertidumbre y los costos de insumos (input costs) han aumentado, esta clase de acuerdos puede ser clave para mantener la rentabilidad del sector.

Inquietudes en Reino Unido: etanol y acero bajo presión

Sin embargo, del lado británico, el acuerdo no ha sido recibido con tanto entusiasmo. La industria local de bioetanol advirtió que la entrada masiva de etanol estadounidense, producido a escala y con subsidios, podría poner en jaque la viabilidad de sus operaciones. El ministro Reynolds reconoció estas preocupaciones y señaló que el gobierno podría ofrecer apoyo, pero condicionado a que las empresas tengan un "camino claro hacia la rentabilidad".

En paralelo, se mantienen conversaciones técnicas sobre la forma en que se aplicarán las cuotas para el acero británico. Washington exige que el material cumpla con requisitos estrictos de origen y procesamiento, lo cual podría limitar la capacidad de los productores británicos de aprovechar los beneficios del acuerdo si no se ajustan a dichas condiciones.

Detalles clave del pacto bilateral

ProductoEE. UU. - Reducción arancelariaReino Unido - Cuotas sin aranceles
VehículosDe 27.5% a 10% (hasta 100,000/u)-
Acero/Aluminio0% (bajo cuotas específicas)-
Carne vacuna-13,000 toneladas métricas
Etanol-1,400 millones de litros

El acuerdo no solo elimina barreras comerciales, sino que también envía una señal política clara de cooperación bilateral, especialmente tras el Brexit y en un contexto de creciente proteccionismo global.

Un escenario con oportunidades y desafíos

El acuerdo llega en un momento clave para EE. UU., cuando se discuten reformas a la ley agrícola (farm bill) y se buscan estrategias para garantizar la seguridad alimentaria (food security) nacional. El acceso a mercados internacionales como el británico, dentro de marcos predecibles y sin aranceles, puede impulsar la producción y exportación de productos de valor agregado (value-added products).

Sin embargo, también es necesario estar atentos a los impactos en la cadena de suministro (supply chain) y a posibles tensiones comerciales si se percibe un desbalance en los beneficios.

A la espera de la firma final

Por ahora, todo está listo del lado británico. Lo único que falta es que la Casa Blanca emita la proclamación formal que pondrá en marcha el acuerdo. Se espera que esta llegue "en los próximos días", según funcionarios estadounidenses. De concretarse, la implementación podría arrancar la próxima semana.

Para los productores agrícolas estadounidenses, este acuerdo no solo abre un nuevo canal de exportación, sino que también fortalece su posicionamiento global, en momentos donde la política comercial vuelve a ser un eje de la agenda presidencial.   

Agrolatam.com