Economia

 El trabajo cambia de manos: agro, pesca y comercio sostienen el empleo en medio de la recesión

Mientras la construcción y la industria pierden más de 93 mil puestos, los sectores primarios y comerciales logran sostener el empleo privado registrado. El monotributo crece como salida precaria.

En un escenario marcado por la contracción del empleo privado, tres sectores parecen desafiar la tendencia: el agro, la pesca y el comercio lograron generar puestos de trabajo netos en los primeros meses del gobierno de Javier Milei. Sin embargo, el crecimiento en estas áreas no alcanza para contrarrestar las fuertes caídas que sufre la industria y, sobre todo, la construcción.

Los datos del Centro CEPA y la Secretaría de Trabajo de la Nación revelan una pérdida total de 115.353 empleos privados registrados desde diciembre de 2023. La construcción encabeza la caída con 61.956 puestos menos, arrastrada por la paralización de la obra pública, mientras que la industria perdió 31.301 empleos en el mismo período.

Tres sectores con signos vitales

Pese al derrumbe general, tres ramas económicas presentaron saldos positivos:

Comercio y reparaciones: +21.411 empleos

Agricultura y ganadería: +21.411 empleos

Pesca: +1.699 empleos

Estos incrementos, aunque auspiciosos, equivalen apenas a la mitad de las bajas conjuntas que exhiben la industria y la construcción.

La pesca, un sector con historia reciente de expansión

La Fundación Latinoamericana de Sostenibilidad Pesquera (FULASP), dirigida por Raúl Cereseto, recuerda que entre 2020 y 2023 la pesca creció un 500% en producción y empleo. El sector llegó a emplear a más de 45.000 trabajadores y se perfilaba como uno de los grandes motores regionales.

Sin embargo, abril marcó un freno. Según el relevamiento oficial, la pesca retrocedió un 2,4% en puestos registrados, lo mismo que la agricultura, ganadería, caza y silvicultura, que cayó un 0,7%.

Más precariedad y menos derechos

En paralelo, el monotributo crece sin pausa como forma principal de ocupación. Hoy ya más de 2,1 millones de personas están registradas bajo ese régimen, un 58,8% más que en 2012. Aunque brinda cobertura de salud y permite el acceso a una jubilación futura, no garantiza vacaciones, aguinaldo ni licencias pagas, lo que consolida un modelo de trabajo más precario.

Empleo y actividad, un divorcio persistente

A lo largo de 2024 y lo que va de 2025, la economía argentina mostró momentos de leve repunte que no se trasladaron al empleo. La productividad creció, pero con menos trabajadores. De hecho, en marzo 2025, tanto el empleo como la actividad cayeron simultáneamente, según datos oficiales.

A esa fecha, siete de los catorce sectores de la economía mostraban pérdida de empleos:

Industria manufacturera: -4.162

Construcción: -3.235

Agricultura y ganadería: -2.088

Enseñanza: -1.185

Mientras tanto, otros sectores como comercio, hotelería y servicios comunitarios fueron los que más lograron resistir.

Un cambio estructural

Con una economía que busca reordenarse bajo políticas de ajuste, el mapa del empleo argentino empieza a redibujarse hacia sectores primarios y de servicios, en detrimento de la obra pública y la industria. La incógnita es si esta tendencia puede sostenerse o si terminará consolidando un mercado laboral más desigual y fragmentado.