Mientras la Patagonia esperaba un gesto firme que cerrara definitivamente el debate sobre la flexibilización sanitaria, desde los pasillos de la Secretaría de Agricultura empieza a delinearse una estrategia alternativa: no habrá media res, pero el costillar podría tener vía libre.
El lunes pasado, en un clima de tensa cordialidad, el secretario Sergio Iraeta mantuvo conversaciones informales con referentes del sector rural, en las que dejó entrever lo que podría convertirse en el próximo capítulo de una historia que suma más incertidumbre que certezas. Según informaciones publicadas por el portal masproducción , fuentes con acceso directo a las discusiones aseguran que se trabaja en una nueva resolución del SENASA, que habilitaría exclusivamente el ingreso de la plancha de asado a la Patagonia, pero no de otros cortes con hueso ni de la media res completa.
El anuncio oficial se haría efectivo el 16 de agosto, tras vencerse el nuevo plazo de 60 días de prórroga a la resolución N.º 180, que había suspendido la histórica barrera sanitaria que protege al sur argentino del ingreso de carne desde zonas con vacunación contra la fiebre aftosa.
Una solución "salomónica" que no conforma a nadie
La decisión de acotar la habilitación únicamente al costillar busca descomprimir tensiones con el sector industrial de Buenos Aires sin romper del todo la delicada red de confianza con los gobernadores patagónicos. Pero no hay euforia en el sur. Más bien, hay una mezcla de escepticismo, enfado y resignación.
"Eso no es la solución", dijo sin rodeos un dirigente rural ante la prórroga. Para la mayoría de los productores, la única salida legítima es que se anule por completo la resolución anterior. "Así como está redactada hoy, se podía hacer pasar una media res entera. Era un riesgo sanitario innecesario".
El freno exterior: europa y chile bajo la lupa
Pero hay otro obstáculo en el horizonte, quizá más severo que las resistencias internas: los mercados internacionales. La postergación de cualquier cambio también responde a una espera estratégica. La Unión Europea y Chile -dos compradores clave- aún deben expedirse formalmente sobre la posibilidad de aceptar carne con hueso proveniente de zonas con vacunación, lo cual podría comprometer sus importaciones desde la Argentina.
Fuentes cercanas a la SAGyP afirman que "los primeros indicios no son alentadores. Habría señales de rechazo por parte de esos países". Si se confirman, hasta la entrada de la plancha de asado podría quedar en suspenso.
En paralelo, en el tablero sanitario regional, Brasil y Bolivia lograron el estatus de libres de aftosa sin vacunación. "Ese es el camino que debería seguir Argentina -afirmó un técnico del sector-. Apostar a una estrategia sanitaria integral, no retroceder abriendo grietas en la barrera sur".
Por ahora, el asado con hueso está en el freezer. Pero el fuego sigue encendido.