El Congreso CASAFE dejó una certeza: los bioinsumos son protagonistas, pero su adopción aún enfrenta barreras estructurales.
El Congreso CASAFE - Edición Biológicos reunió a más de 1.000 asistentes entre expertos, productores, empresas y funcionarios, marcando un hito en la discusión sobre el futuro de los bioinsumos en Argentina. Con foco en la sustentabilidad, la tecnificación del agro y la competitividad internacional, se debatieron los desafíos y oportunidades de un mercado que crece con fuerza.
Ignacio Moyano Córdoba, de Dunham Trimmer, detalló que el mercado de productos biológicos crece un 12% anual a nivel global y un 15,6% en América Latina, impulsado por la demanda de prácticas sustentables, exigencias de los consumidores y nuevos inversores. Si bien Brasil lidera en adopción, Argentina muestra un crecimiento sostenido y un gran potencial de liderazgo.
Según un estudio presentado por Luis Mogni, de SOMERA S.A.S., el mercado argentino de bioinsumos alcanzó en 2024 los USD 124,2 millones, con un crecimiento interanual del 10,9%. Este segmento ya representa el 4% del mercado total de fitosanitarios, con el tratamiento de semillas como principal aplicación (51%). Además, los bioinsecticidas mostraron un salto del 109% en facturación.
¿El desafío? Superar barreras estructurales: falta de conocimiento técnico, escasa capacitación, regulación dispersa y poca articulación público-privada. Moyano advirtió que hacia 2047 el mercado agrícola global se dividirá en partes iguales entre soluciones químicas y biológicas, y que la clave estará en combinar tecnologías para mantener productividad y reducir impacto ambiental.
Mogni remarcó la importancia de fortalecer alianzas estratégicas entre el Estado, el sector privado y los productores, además de promover una industria nacional biológica sólida y colaborativa.
La conclusión del panel fue unánime: Argentina puede liderar el crecimiento de los bioinsumos en la región, pero necesita políticas públicas activas, un marco regulatorio moderno, más crédito agropecuario, y una agenda técnica sostenida que incluya investigación, capacitación y difusión de buenas prácticas.
