Productores de cítricos de California atraviesan una temporada compleja marcada por el aumento de los costos de producción, la sobreestimación de la oferta y una creciente presión competitiva del hemisferio sur, según advierte Casey Creamer, CEO de California Citrus Mutual (CCM).
Mientras las naranjas Navel y mandarinas se acercan al final de su campaña, y las Valencia comienzan a ganar presencia, los márgenes de rentabilidad siguen desplomándose. "La demanda está repuntando, pero fue una oportunidad perdida durante toda la temporada", afirmó Creamer.
Desde 2020, los costos de producción de cítricos aumentaron un 50%, según CCM. Factores como la disponibilidad de agua, costos laborales y prácticas agronómicas han hecho más costosa la operación, mientras que los precios de venta no acompañan esa suba. "No estamos viendo el movimiento de precios que apoye el aumento de los costos", lamentó Creamer.
El limón, el más golpeado
En especial, los productores de limón del Distrito 3 -zonas como los valles de Coachella e Imperial- sufren una situación crítica: tres años consecutivos de rendimientos negativos. La llegada de importaciones en volúmenes crecientes deterioró aún más los precios locales, forzando incluso el abandono de huertos.
Importaciones en alza y déficit comercial récord
Uno de los puntos más críticos es la pérdida de competitividad externa. Las importaciones de cítricos superan en 1.200 millones de dólares a las exportaciones, creando un déficit comercial histórico. "Antes de 2017 no teníamos este problema, pero ahora las temporadas del hemisferio sur se solapan con las nuestras, y eso nos saca del mercado", explicó Creamer.
Exportaciones golpeadas por aranceles
El panorama se agrava con el impacto de aranceles recíprocos, especialmente con Canadá, que representó una caída del 55% en las exportaciones hacia ese destino en el cierre de la temporada. "Esperamos que no se impongan nuevos aranceles en nuestros principales mercados", advirtió CCM.
Una industria en jaque
Pese a la excelente calidad de fruta durante esta campaña -gracias a condiciones climáticas benignas y sin daños por trips-, la industria californiana enfrenta una encrucijada. Con precios planchados, costos crecientes, importaciones en alza y pérdida de mercados externos, la rentabilidad está en riesgo.
"Muchos productores no son optimistas. Necesitamos acciones concretas para recuperar competitividad y proteger a esta industria estratégica", concluyó Creamer.