El Gobierno nacional dio otro paso en su política de desregulación económica y simplificación del comercio exterior: eliminó este lunes una normativa vigente desde hace más de 30 años que ponía trabas a la exportación de cueros bovinos sin procesar.
Se trata de la Resolución 727/2025, publicada en el Boletín Oficial, que deja sin efecto la histórica Resolución 537 de 1992, implementada durante el gobierno de Carlos Menem. Aquella norma había nacido con el objetivo de promover la industrialización local del cuero e imponía un esquema de retenciones y precios mínimos de exportación fijados en base al mercado de Chicago.
Con esta nueva medida, el Ejecutivo busca impulsar directamente las exportaciones del sector frigorífico, que durante años denunció trabas burocráticas, pérdida de rentabilidad y una competencia desigual con las curtiembres, que tenían prioridad en la compra de cueros crudos a precios controlados.
La norma elimina la obligación de que todas las exportaciones deban ser supervisadas y aprobadas por la Cámara de la Industria Curtidora, y en línea con otras decisiones tomadas desde enero -como la quita de retenciones- habilita a los frigoríficos a exportar cueros sin necesidad de un procesamiento previo.
Desde el Gobierno señalan que el objetivo es "fomentar la internacionalización de los productos agroindustriales" y generar mejores condiciones para que el cuero argentino gane espacio en los mercados globales. Hoy, las exportaciones del rubro alcanzan los 400 millones de dólares anuales, pero existe potencial para crecer si se eliminan restricciones.
Mientras tanto, el sector curtiduría -que históricamente defendía la normativa anterior como una herramienta de protección de la industria nacional- deberá adaptarse a competir en un mercado más abierto, donde el valor y la eficiencia productiva definirán los resultados.