Un productor argentino fue designado presidente de Maizall, la alianza que agrupa a los mayores exportadores de maíz en el mundo. Su llegada trae expectativas en torno a la desregulación del comercio, la innovación tecnológica y la sustentabilidad, con impacto directo en la cadena de valor y en los precios internacionales.
En una señal destacada para el agronegocio argentino, ManuelRon, productor y fundador de BIO4 -la primera planta de bioetanol de maíz en el país-, fue designado presidente de Maizall, la alianza internacional que representa a los productores que cultivan la mitad del maíz del mundo. Esta designación coloca al productor nacional en un lugar estratégico de influencia internacional sobre temas como la comercialización, el uso de tecnología y la sustentabilidad en el campo.
Maizall agrupa a las principales asociaciones de Estados Unidos (US Grains Council y National Corn Growers Association), Brasil (Abramilho) y Argentina (Maizar), y representa el 50% de la producción global y el 70% del comercio internacional de maíz. Su misión incluye eliminar barreras comerciales, facilitar el flujo científico y asegurar normativas basadas en evidencia. La entidad trabaja también en generar consensos para la adopción de nuevas tecnologías y en la promoción de un comercio internacional más justo, transparente y predecible.
Ron reemplaza al brasileño Bernhard Kiep con una visión clara: un sistema comercial abierto, equitativo y predecible, que reconozca el rol de la innovación tecnológica en elevar rendimientos y reducir impactos ambientales. Advierte que el retraso en la adopción de tecnología puede comprometer la productividad y la sustentabilidad del ambiente. Su discurso enfatiza la necesidad de articular ciencia, política y producción, resaltando que los productores necesitan reglas claras y basadas en datos para planificar con eficiencia.
Durante décadas, bloques como la Unión Europea han frenado avances tecnológicos, en particular eventos transgénicos. Ron destaca la necesidad de que los gobiernos colaboren para eliminar trabas que afectan a los pequeños y medianos productores, muchos de ellos familiares, predominantes entre los asociados de Maizall. En un contexto geopolítico desafiante, el nuevo presidente insiste en construir puentes entre los principales actores de la cadena agroalimentaria global, posicionando al maíz como una solución sustentable frente al cambio climático y la seguridad alimentaria.
La presidencia de un productor argentino en Maizall representa una oportunidad para visibilizar los intereses de la siembra directa, la innovación agtech, y el lobby por un sistema que fortalezca a la agroindustria nacional. Puede incidir en temas como retenciones, créditos agropecuarios, logística y la apertura a nuevos mercados, especialmente en momentos en que Argentina atraviesa tensiones en su comercio exterior y enfrenta una economía volátil. También abre puertas a que nuestras demandas en cuanto a regulaciones fitosanitarias, normas de trazabilidad y acuerdos bilaterales tengan eco en las grandes mesas de negociación global.
El contexto local refuerza la necesidad de integración regional y alianzas público-privadas que impulsen la tecnificación del campo. Con su incorporación al liderazgo de Maizall, Argentina refuerza su papel en la agenda global del maíz, promoviendo tecnología, normas comerciales equilibradas y buenas prácticas agrícolas (BPA). El desafío será fortalecer la trazabilidad y la sustentabilidad en toda la cadena, mientras se impulsan las exportaciones de maíz argentino con valor agregado, infraestructura vial adecuada, y acceso a financiamiento competitivo.
El mandato de ManuelRon abre un camino para representar no solo la fuerza de nuestros campos, sino también la voz de una industria innovadora y exportadora, comprometida con la seguridad alimentaria global. Desde Maizall, el agro argentino tiene una nueva ventana de oportunidad para influir en las reglas del juego internacional, consolidando su rol como proveedor estratégico de alimentos, energía y conocimiento.