A pesar que la producción de leche en el país creció en el primer cuatrimestre del año un 11% con respecto a 2023, más de mil tambos cerraron desde que asumió la presidencia Javier Milei, lo que enciende una luz de alerta en el sector agropecuario.
De los 10.063 tambos que había a lo largo y ancho de la Argentina a finales de 2023, a mayo de este año quedaron 9.039 establecimientos, es decir un 10,2% menos. Sobre esos 1.036 tambos que se dieron de baja, unos 500 fueron en el último año y 80 desde el pasado mes. Este número es el más bajo desde el registro de 2002, cuando había unos 15.000 establecimientos.
De acuerdos a datos del Observatorio de la Cadena Láctea Argentina (OCLA) que analizó agencia DIB, el 91% de los tambos del país, y el 95,7% de las vacas en producción, se concentran en las cuatro cuencas más importantes: Santa Fe, Córdoba, Buenos Aires y Entre Ríos.
Puntualmente en lo que respecta a la provincia de Buenos Aires, que tiene una participación del 20% de los tambos, actualmente existen 1.805 establecimientos, 25 menos que a fin de 2024. También en estos meses hubo una baja en la cantidad de vacas: un 6%.
Cabe destacar que el sector lechero viene de atravesar una importante sequía que redujo la producción de leche y achicó la facturación, a punto tal que para muchos productores significó el abandono de la carrera a pesar de los buenos precios que tuvo sobre todo el año pasado cada litro ofertado.
Además, otro factor gana protagonismo en el mercado: la falta de sucesión. En una actividad "sacrificada", las nuevas generaciones prefieren dedicarse a otra cosa con más proyección, más ganancia, y menos esfuerzo.
En este contexto, Sebastián Alconada, director nacional de Lechería, habló en el lanzamiento del Seminario Internacional de Lechería sobre los desafíos de la actividad y el rol del Estado en un contexto global desafiante. "El productor es quien debe tomar las decisiones. No va a estar el papá Estado para decirle dónde tiene que invertir. Hay negocio en la lechería", dijo. Y agregó: "Nosotros queremos aumentar la cantidad de industrias lácteas exportadoras".
Y consultado sobre la concentración del sector, destacó que la Argentina tenía una de las tasas más bajas de cierre por concentración a nivel mundial. "Pero eso era en un mundo medio imaginario. Hoy el gran desafío es trabajar en la eficiencia, que cada uno, producción, industria y Estado mejore sus números", explicó.
Por su parte, Alfredo Trionfini, coordinador de lechería de la Confederación de Asociaciones Ruralistas de Santa Fe (Carsfe), se mostró escéptico sobre la situación y dijo que los problemas estructurales de la lechería son tres: informalidad, comercialización y sanidad.