Actualidad

Cómo es el "cubito" energético-proteico que apuntalaría la reproducción ovina

Son bloques compactos que mezclan soja, maíz y melaza, entre otros productos, y activan el rumen de las ovejas cerca del parto. Así, mejora la calidad nutricional, aumenta el peso vivo del cordero al nacer y su posibilidad de amamantamiento.

27 Dic 2021

En ambientes tan frágiles como los patagónicos todo sistema o tecnología que permita mejorar la nutrición, sobre todo en momentos clave de requerimientos de los animales, es muy valorado.

En este sentido, los bloques nutricionales implementados por la Agencia de Extensión Rural del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria de Puerto San Julián constituirían una herramienta de valor para la producción ovina.

"Más allá de que el productor tenga pasto, hay momentos del año que ese pasto es de mala calidad por eso, no sirve para nutrir a las ovejas preñadas, en esos momentos, cuando eso pasa, no se llega a cubrir los requerimientos del animal, por eso, hace 15 años empezamos a probar distintos suplementos y en 2016 encontramos los bloques nutricionales que son de elaboración casera y permiten mejorar la conversión que el animal hace del pasto que consume de baja calidad", relató el médico veterinario de la AER Puerto San Julián del INTA, Marcelo Aguilar.

Los bloques son fáciles de realizar en forma totalmente "casera" por el productor

El momento en el que se debe usar es al final del periodo gestacional, agosto-septiembre, cerca del parto, que es cuando hay mayor demanda nutricional, se duplican los requerimientos de la oveja justo en el momento de menor y peor calidad de pastizales.

Una solución al invierno

"En 2016, en esa búsqueda por solucionar esta deficiencia, leímos un trabajo con bloques que se estaba haciendo en el sur de provincia de Buenos Aires con vacunos, para suplementarlos en invierno, y tenían buenos resultados" cuenta Aguilar.

Así se contactaron con aquellos productores "y nos mandaron parte de los insumos para hacer un ensayo en escala mínima, como para suplementar 15-20 ovejas, en principio, a ver si se lo comían", relató el veterinario.

El profesional contó que el trabajo con bloques nutricionales data de los años 60, en Cuba, donde se empezó a usar la melaza que era un subproducto de la caña de azúcar, para darle un valor y aprovechamiento.

"Después de las primeras pruebas, entre 2016 y 2018 hicimos ensayos a pequeña escala en campos de productores con 200 animales y todo anduvo bien". En el año 2019 los investigadores consiguieron financiamiento y apoyo de diversas organizaciones, entre ellas la Universidad Nacional de la Patagonia Austral (UNPA).

Esto permitió que el año pasado se pudiera empezar con tres ensayos a nivel predial, ya en estancias: uno en Puerto Deseado, otro en Cerro Perdido (Depto. Magallanes) y el tercero en Corpen Aike, todos ubicados en meseta central santacruceña que son áreas de más baja disponibilidad de pasto", relató Aguilar.

Los bloques inicialmente lo ponían cerca del agua, para que los animales los empezaran a comer cuando iban a beber, después los fueron alejando y hoy pueden estar lejos e igualmente los consumen.

¿Qué tienen los bloques?

El bloque nutricional que se está probando en Santa Cruz tiene distintas proporciones de soja, maíz partido, melaza enriquecida con urea, cal como aglutinante y muy poco de agua. "Eso se vuelca en moldes, o incluso lo hemos hecho en bolsas arpilleras, y a las 24-48 se desmolda y se entrega a los animales en el campo", contó Aguilar.

Agregó: "Estos ingredientes le dan como característica que es un producto rico en energía y en proteína que es justo lo que necesita el animal para activar el rumen".

"El objetivo de los bloques es que el animal vaya consumiendo de a poco y con ese poco que consume se activa la flora celulolítica que son las bacterias que están en el rumen y degradan el pasto de mala calidad. De esa forma el animal aún comiendo ese pasto, lo puede aprovechar al máximo", contó Aguilar.

Realización

Los cubos energéticos se pueden hacer en pequeñas proporciones: en un balde o con una mezcladora de albañil. Excepto la cal, que se consigue en los corralones de materiales de construcción, todos los insumos hay que traerlos desde el norte.

Un dato, a compararlo con el alimento balaceado, tercia a favor, también, la cuestión económica. En un balanceado, el consumo es de 500 a 700 gramos por animal por día, mientras que con el bloque no se llega a los 200 gramos animal/día. El requerimiento es mucho menor.

"También se facilita la logística porque con una camioneta podés repartir muchos bloques, que pesan, según el molde que se utilice, entre 5 y 20 kilos", contó Aguilar, y lo comparó con tener que suplementar con balanceados, para lo que se necesitan comederos y otra logística de maquinaria. Lo que lo transforma en una alternativa más que viable para la nutrición de las majadas.

Resultados y desafíos

El trabajo que están haciendo en tres campos está llegando a su fin y vienen tiempos de evaluación: productiva y económica.

Después de un acostumbramiento de 10-15 días en mayo, ya en agosto-septiembre se empieza un trabajo de suplementación con los bloques de 60 días, ahora queda ver los porcentajes de señalada, peso vivo de la oveja y el cordero y la condición corporal, todo esto, comparando lotes de animales suplementados con lotes sin suplementar.

El proyecto se probó en tres estancias de la meseta central y se esperan los resultados

"En base a los resultados que obtengamos, tenemos que tratar de difundir toda esa información entre los productores, porque son ellos mismos los que tendrán la posta para seguir con esto, por supuesto, siempre podremos asesorarlos pero la preparación es sencilla", contó Aguilar.

La sensación es que a pesar de las condiciones duras para producir por estos pagos, las tecnologías y herramientas disponibles para poder hacerlo de manera más segura están en plena evolución. Algunas ya comprobadas, otras en proceso. Pero marchan!.

Por Juan I. Martínez Dodda