EEUU

Debate en EE.UU. sobre la implementación de un impuesto fronterizo al Carbono

En Estados Unidos se está debatiendo la introducción de un impuesto fronterizo al carbono, con el objetivo de alinear las políticas nacionales con las acciones globales contra el cambio climático y asegurar una competencia justa para los productores estadounidenses

 La discusión gana tracción a medida que socios comerciales clave como la Unión Europea avanzan con medidas similares, destacando la importancia de esta política en el contexto internacional.

Durante la conferencia de la Asociación de Comercio Internacional de Washington, se destacaron propuestas legislativas significativas como la Ley de Competencia Limpia del Senador Sheldon Whitehouse (D-R.I.) y la Representante Suzan DelBene (D-Wash.), y la Tarifa por Contaminación Extranjera del Senador Bill Cassidy (R-La.). Estas propuestas buscan imponer aranceles y tarifas a las importaciones intensivas en carbono, comparando su intensidad de carbono con los estándares estadounidenses y promoviendo una producción más limpia.

El concepto detrás de los mecanismos de ajuste en frontera de carbono (CBAM) es cerrar la "laguna jurídica del carbono" que permite que los bienes producidos con altas emisiones de carbono se exporten sin penalización. Esto apunta a reflejar de manera más precisa la intensidad de carbono de las naciones y favorecer a los productores estadounidenses que tienen prácticas menos intensivas en carbono.

Los productores de fertilizantes estadounidenses están entre los principales partidarios de los CBAM, buscando certeza política para sus inversiones en descarbonización. Sin embargo, la implementación de estos impuestos presenta desafíos significativos, como el desarrollo de normas de contabilidad de carbono uniformes y el logro del reconocimiento mutuo entre diferentes industrias y socios comerciales a nivel mundial.

A pesar de las preocupaciones sobre el impacto en los costos para los consumidores estadounidenses, los defensores de los CBAM argumentan que ofrecen beneficios a largo plazo al fomentar una producción más limpia y mejorar la sostenibilidad y el valor de los productos estadounidenses en el mercado global. La adopción de un impuesto fronterizo al carbono en EE. UU. no solo representaría un paso adelante en la lucha contra el cambio climático, sino que también establecería un precedente importante para la armonización de las políticas ambientales y comerciales a nivel mundial. 

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