El Banco Central dispuso incentivos financieros y cambiarios para que los empresarios agropecuarios liquiden buena parte de esas divisas antes del 31 de agosto.
La industria aprovechó esta mayor disponibilidad de materia prima y crecieron las ventas de harina. Además de la molienda de soja, las fábricas procesaron una mayor cantidad de girasol en relación al año pasado